15 oct 2013

LA JAULA DE LOS PERROS

LA JAULA DE LOS PERROS

Por: Miguel Aparicio

El sábado 12 de Octubre cené con mi hermano. Era un anochecer medio vacío o medio lleno ya que era feriado y había muy poca gente laborando en la calle como consecuencia de la revolucionaria nueva “Ley del Trabajo”, la cual convirtió a Venezuela por la falta de productividad, y a todos sin excepción, en una Nación de flojos, ya que el no trabajar es un dogma del proceso revolucionario Castro-Comunista impuesto a trocha y mocha a la satélite cubana, Republica Bolivariana de Venezuela.

Al preguntarle a mi hermano sobre el panorama que él veía para nuestra Patria me respondió: “mal, y a punto de hacer explosión si es que hay coraje, ya que el país como un todo es una jaula de perros hambrientos que están encerrados entre los barrotes de una jaula esperando que los amos que detentan el poder y la riqueza de la República, les lancen un pollo para saciar su hambre”.

Al instante reaccioné y me di cuenta de su afirmación preguntándole lo de su comparación con unos perros. Su respuesta fue más dura aún ya que me dijo: “porque los perros son animales y así actúa la gente ante las necesidades que viven y su indiferencia ante los amos que los explotan y esclavizan”. “Si quieres observa cómo es la conducta de la gente cuando se corre la voz de que en tal o cual supermercado hay leche, azúcar, aceite, harina pan o papel tualé”. Continuó: “corren como animales irracionales a buscar las migajas que le lanzan aquí o allá en un Pudreval, en un mercado popular o en un supermercado dónde sin ningún tipo de distinción van pobres, ricos, chavistas y opositores hermanados en su desgracia a matarse por un pote de leche, un litro de aceite, un kilo de azúcar, un pollo, un paquete de harina pan o un rollo de papel tualé”.

Después de un rato de silencio y de meditar sobre su comentario le pregunté: ¿Y cuál crees deberá ser la vía o el camino para acabar con esta desgracia? Su respuesta fue tajante, precisa y corta: “No recibir más miserias, mendrugos ni pollos en la jaula. Romper los barrotes de la indignidad de esa jaula en la que nos tienen encerrados y privados de todos los derechos hasta el elemental de la protesta, de la libertad de expresión, de la justicia y el de la libertad y atacar con coraje a los amos esclavistas que nos han llevado a ser un pobre pueblo que nos comportamos como unos perros que actuamos por instinto o por lo que ellos creen que somos, unos ANIMALES, escuálidos, gusanos, oligarcas y opositores”.

Por considerar su recomendación vital para todos la transcribí. Ojalá que pronto dejemos de ser los “perros de la jaula llamada Venezuela” que mi hermano visualiza y en consecuencia dejemos de ser animales.