30 ago 2012


Foto reveladora de la noche del accidente

Por Juan José Faría / Maracaibo / jfarias@laverdad.com
Joyce Méndez casi no podía ver. Le asombró que una nube blanca y espesa se apoderara de toda el área desde el piso. Entonces bajó el vidrio de su carro para tomar una fotografía con su iPhone



La imagen muestra el gas esparcido por la carretera. (Foto: @yoy_mendez)

Casi opaca y tomada desde un teléfono inteligente. Revolucionó las redes sociales desde el domingo en la tarde, justo después que el presidente Hugo Chávez se pronunció sobre la explosión en la Refinería de Amuay. Escandalosa por sí sola, decenas de personas se negaron a creer su procedencia. Esta es la prueba de que los más de 40 muertos en Punto Fijo pudieron ser menos.

Joyce Méndez salió después de la medianoche del viernes de casa de unos amigos. Debía tomar la autopista Alí Primera para llegar a la casa donde vive con sus padres, en la urbanización Judibana. Atravesaría toda la refinería y luego el Destacamento 44 de la Guardia Nacional para acostarse a dormir.

Así hizo. Tomó su vehículo y recorrió la intercomunal. Después de atravesar la pasarela tomó la izquierda de la carretera para llegar al retorno y luego cruzar al destacamento, como un atajo.

Ya en el retorno Joyce no podía ver. Le asombró que una nube blanca y espesa se apoderara de toda esa área desde el piso. Entonces bajó el vidrio de su carro para tomar una fotografía con su iPhone. "Dicen que el gas no huele a nada, pero eso era olor al gas de la cocina, como cuando una hornilla se tarda en encender. Olía por todas partes", cuenta ahora, asombrada.


La visión era nula para ella: usa lentes, tenía un faro quemado y la sorpresiva tela blanca le recordaban los Andes venezolanos. "En Punto Fijo todos sabemos que eso no era niebla, pero parecía mucho". La primera foto la tomó a las 12.26 de la noche.
Mientras capturaba la imagen notó que el ocupante de una Dmax blanca había bajado para tomar la foto. A Joyce le obstruía el paso, le dio miedo y regresó a la autopista, para buscar la entrada principal de Judibana. Luego tomó otra fotografía. Llamó desde su teléfono a Víctor, un amigo.

"¿Viste esa mierda? ¿Qué es esto?", escribió a la vez que le transmitía la imagen. Su amigo le pidió que se fuera a su casa. Joyce volvió a la autopista y tomó una tercera foto. Seguía sorprendida. Tiene 30 años de vida y todos los ha pasado a tres kilómetros de la refinería Amuay. Sabe que desde allí se desprenden gases y olores, pero nunca le habían nublado la mirada, ni erizado la piel, ni el olor nauseabundo le había invadido su vehículo.

Serían las 12.40 de la madrugada cuando llegó a su casa. Comió, se aseó y se recostó en su cama un minuto antes de sentir el potente estruendo. "¿Escuchaste eso? ¿Ya estás en tu casa?", le escribió su amigo, quien estaba alarmado. 


Crisis
Cuando Joyce escuchó el estruendo, salió de la cama corriendo, tomó su vehículo y se fue a casa de su hermano. Cuando iba camino a otro sector, para escapar del desastre, se topó con una caravana de ambulancias, patrullas, gente pidiendo ayuda y gritos por doquier. Entonces recordó que media hora antes estaba en el epicentro de la desgracia y rompió en llanto.

"Me dio una crisis. No sabía qué hacer". Se guardó las fotografías hasta el domingo, cuando vio en la televisión que una periodista extranjera le preguntaba al Presidente sobre los gases. Escuchó las palabras que le dedicó el jefe de Estado y fue entonces cuando la publicó en las redes sociales.

Unas horas después aumento al doble sus seguidores en su cuenta en Twitter (@yoy_mendez) y llegaron los insultos. Le dijeron que era alarmista, que practicó una manipulación para imágenes arcaica y que solo quería escandalizas. Ella se defiende diciendo esto: "mi padre es petrolero, paso a diario por el destacamento, tengo clientes y conocidos en El Campito, vivo allí desde hace 30 años. Yo no deseo mal, a mí me duele todo esto".