24 nov 2016

Palabras pronunciadas por el Gral. de Bgda Humberto Silva Cubillàn, con motivo del 58avo. Aniversario del IORFAN.

Palabras pronunciadas por el Gral. de Bgda Humberto Silva Cubillàn, con motivo del 58avo. Aniversario del IORFAN.

Caracas 18 de noviembre de 2016

La disposición de acercarme a esta distinguida audiencia que ha asistido a la cita convocada para este día, feliz coincidencia con la celebración de la fiesta de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de los zulianos y de nuestra Guardia Nacional de Venezuela; se corresponde con el honroso compromiso que me hiciese la Junta Directiva del IORFAN, para discurrir, en la brevedad del tiempo cristalizado en unas paginas, en momentos en los que la institución que nos agrupa en su entorno , arriba al 58 avo , aniversario de su fundación .

Y al hacer uso de mi voz desearía que lo fuese, con su anuencia, en representación de ese invalorable universo de hombres y mujeres que luego de rendidas largas jornadas de servicio al alero de los cuarteles del deber militar, la situación del retiro nos esperaba para adentrarnos por esos caminos de la vida civil, de la que otrora fuimos parte cuando de jóvenes dejamos nuestros pueblos para ir en búsqueda de los añorados sueños , lugares aquellos de los que salimos con la voluntad de servir a la Patria ; reinserción, luego, a esa sociedad ya en la madurez de la vida, segmentados , otras veces estigmatizados por unas valoraciones que han girado alrededor del hecho económico y social que ha signado el devenir de nuestra Venezuela.

El intentar incorporarnos a un desconocido sector económico, en el que se actúa de acuerdo a las reglas propias de esa actividad generadora de bienes y servicios, y en rigor el papel que en el mismo juegan la iniciativa privada y el propio Estado, y que por razones entramadas en esa urdimbre que se entreteje en ambos entornos , a ese oficial que luego de cumplir meritoriamente lo establecido en la Constitución, lo que no fue mas, y lo fue bastante, que la defensa militar , la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional , no le seria muy fácil , o en el mejor de los casos con muy pocas posibilidades de accesar a esos espacios ya ocupados por otros venezolanos , para poder insertarse en ese excluyente y desconocido sector cuyas responsabilidades están claramente definidas.

O el interpretar las relaciones que giran alrededor de nuestra sociedad, la que con sus convencionalismos e intereses le es pertinente construir su estamento en base a lo que es, a los fines esenciales del Estado, la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad fortaleciendo su estructura alrededor de los ámbitos que les corresponden, relación derivada de la interpretación de la Constitución, la que regula el estatuto de las personas y la sociedad civil, y sus relaciones con el Estado, deberes y derechos constitucionales en el cual se establece la correlación Estado-Sociedad.

Y el otro sector de nuestra sociedad, los militares, quienes por nuestra propia voluntad asumimos una responsabilidad que alguien debía desempeñar para preservar los destinos de la Patria, en el marco de sus atribuciones constitucionales para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico.

La fragua que reverberó en nuestro existencia en tiempos de servicio activo , andares y desandares por los mas variados escenarios de nuestra Venezuela, tierra , mar y aire , ejerciendo una profesión cargada de tantas vicisitudes , fue amainando en su fulgor para dirigirnos luego de tantas jornadas a la vida civil cuando se atisbaba en la cercana distancia la recelada tranquilidad del retiro , sin preparación previa para insertarnos en ese mundo para ocupar un espacio inexplorado ; situación que al asumirla , nos desconcertaba, en ocasiones desalentaba , ingrata soledad la que derivaba del adiós a los ambientes donde se desarrolló parte importante de nuestro ciclo vital.


El Estado invirtió en nuestra formación y desarrollo profesional ingentes recursos económicos en las Escuelas Superiores y centros de enseñanza militar, también en áreas de interés institucional en centros universitarios, a nivel nacional, y mas allá de nuestras fronteras, a los que se nos enviaba; tanto como hubo, en algunos, tal vez mas de lo que podemos imaginar, interés personal para prepararnos en otras tantas esferas del saber , de allí que muchos desciframos lo que se encontraba detrás de las paredes de los claustros universitarios y, a nuestra costas, a ellos acudimos en búsqueda del la luz del saber universal que allí se encontraba para intentar comprender mejor ese futuro que nos esperaba , y que innegablemente requeriría de los logros obtenidos, mas allá de una acreencia a los efectos de la inclusión en la vorágine de los ascensos, o los cargos inherentes a cada grado militar, importancia que no se le debía restar ya que sobre esos fundamentos se labraba la carrera militar.

Si bien es cierto que la Institución poco, o no mucho para ser indulgentes, se preocupó por prepararnos para asumir esa realidad que estaba a nuestras puertas, y si lo hubo no lo fue acorde con las exigencias a las cuales teníamos que enfrentarnos para reinsertarnos en ese medio que nos aguardaba ya que la misma disto mucho de organizar programas de inducción para readaptar nuestra estructura física, mental, económica, laboral, familiar, social, hasta la administración racional del tiempo,; con el rigor de las exigencias y adecuación a una sociedad que nos recibiría, lo que hubiese permitido que interpretáramos mejor esa próxima etapa vital y abordarla en mejores condiciones , rompiendo los mitos que se tejían, pero también comprendiendo mejor las realidades que a su alrededor concurrían.

Allí fuimos con nuestras incertidumbres a labrarnos un esperanzador futuro, a continuar forjando una familia cuando a lo mucho frisaban nuestras vidas en algo mas allá de la media centuria, y bajo el impulso de nuestra propia formación y la necesidad de asentarnos en ese medio que ayer veíamos distante, tuvimos que hacer acopio de nuestras fuerzas , de nuestra preparación física, mental, espiritual , formación, virtudes militares, estudios y cultura, propios rudimentos para ilusionarnos con esa esperanza.

Duros inicios aquellos en los que se imponía el tener confianza en nosotros mismos, inicios que se extendieron demasiado pero se imponía el no perder la confianza .Aquí cabria recitar parte de un soneto, “Gloria”, cuya signatura es la del egregio poeta peruano José Santos Chocano, cuando en parte del hermoso endecasílabo, de fina y estructurada métrica , cuando, a nuestra interpretación, nos enseñaba a vencer las circunstancias, al expresar que …” El ave canta aunque las rama cruja / como que sabe lo que son sus alas”.

En ese momento, el del pase a la situación de retiro, y probablemente durante largo tiempo, seria sumamente difícil y complejo el desarticularse de un comportamiento que quedó internalizado en la conducta y disciplina adquirida a lo largo de, máximo, seis lustros y de una practica constante de las integridades militares dejando los cuarteles para ir a un mundo que nos aguardaba, a desarrollarnos allí de manera autodidactica , con las dificultades que de ello se desprendía y de cara a una sociedad cuyo comportamiento estaba, y esta, estructurada bajo códigos diferentes a los nuestros .

A la luz de esa realidad, y otras tantas que se pudiesen enmarcar en ese contexto , con estas consideraciones no se alberga el deseo de pontificar, cuando menos predicar o convertirnos en la conciencia de quienes aquí presente, o en la distancia que nos separa, desde cualquier confín de esta nuestra Patria, o fuera de ella tantos oficiales atravesando las penurias de la lejanía ,en mundos desconocidos y económicamente viviendo privaciones y precariedades; solamente me he arrogado el ser su voz en las palabras que brotan de mi garganta.

Pero si elevamos nuestras inquietudes para que a esas promociones que anualmente en oleadas salen en búsqueda de nuevos destinos, previo a ello se les prepare, aunque sea medianamente bien, para no ser presas sus integrantes de las mismas circunstancia de quienes les hemos precedido en ese adiós a la Institución, en situación de actividad.

Y también me permito pedirles su consentimiento para expresar algunas consideraciones que he señalado en dos obras que sobre nuestra vida militar en la situación de retiro se han publicado con mi rubrica: “Vuelta a la calma” y “Desafío al tiempo” , y en un ensayo ganador del concurso promocionado por nuestra antiguo OFIDIRE con un trabajo titulado : “ El oficial en situación de retiro, valiosa reserva estratégica de Venezuela”. Con exactitud fue el 21 de noviembre de 1986, en pleno ejercicio de la vida militar , este ultimo ensayo.

Al IORFAN, en la madurez de los años que se celebran, a las Directivas su cuota de responsabilidad les ha concernido en las diferentes instancia de la vida institucional, y sin dudar de los esfuerzos que han hecho a través el tiempo, de cuyos propósitos en dar vigencia al articulado de la Ley que le dio presencia, no se duda, y que mas allá de estimular el mutuo acercamiento de los oficiales y fortalecer los vínculos de fraternidad que deben existir entre los miembros de la Institución Armada, y a través de los organismos correspondientes procurarles medios de bienestar económico , social y cultural ; quedan pendiente tareas que bien pudiesen incluir en sus ofertas electorales quienes aspiran a ocupar la representación de su respectivo componente en la directiva, próximo a renovarse . De allí que es menester enunciar algunas , a los efectos de los que estamos en la situación que nos ennoblece.

Ya va siendo el momento de saber quienes somos, cuantos estamos en esta situación, la del retiro militar, qué grado de formación académica, universitaria o técnica tenemos , agreguémosles los post grado de los mas altos niveles, valioso capital humano, estratégico, cuyos conocimientos se han diluido en la indiferencia que arrastra consigo la inercia, ese cese del movimiento que le dio el impulso original nacido en los cenáculos del saber universal , cuando se han podido consolidar, en al menos, en una base datos a nivel Seccionales, para simplificar el esfuerzo, información que bien pudiese servir a los efectos del instituto y personalmente , o en grupos, para su inserción en el mercado laboral, como el país que bien lo requiere en estas horas aciagas.

Un reglamento de la Ley que da vida al Instituto mira de reojo la indiferencia que se ha tenido, en las instancia del Instituto, para no hilvanar un articulado en cuyo contenido quede plasmada una norma jurídica de carácter general, como en doctrina se razona y fuente del derecho, en el que se especificaran las reglas para sistematizar nuestras actividades, bases de convivencia de capital importancia; se ha quedado esperando materializar en hechos una realidad que vaya mas allá de los intentos que se han hecho, mas no han pasado de eso, de intentos.

Qué planteamientos se han elevado al Órgano Superior, para que para esos grupos de hombres y mujeres, que ante su inminente pase a esa desconcertante realidad que les espera, no se les hayan diseñado programas de inducción social, económica, psicológica, cultural, con suficiente tiempo , el que vaya mas allá de la ambigüedad de unas horas de conferencia, en el mejor de los caso y hasta donde conocemos, que les permita entender, o comprender un poco, las grandes incógnitas sobre ese futuro, generalmente incierto y ante la realidad de una edad que por mucho que se le trate de enmascarar en eufemismos, es eso, nuestra edad, la que Dios nos ha privilegiado alcanzar.

Indicadores que están muy bien definidos por la Organización Mundial de la Salud , cuando determina que el Envejecimiento Activo, es el proceso de aprovechamiento al máximo de las oportunidades para tener un bienestar físico, psíquico y social , objetivo que no es otro que extender la calidad y esperanza de vida a edades avanzadas, un tanto al margen de los tradicionales conceptos que han asociado la vejez con las enfermedades, dependencia y falta de productividad. Lo demás son designios de Dios, tema del cual guardo distancia. El como Supremo Creador, es quien decide.

En beneficio del tiempo, permítaseme, ya para finalizar, hacer acopio de unas enseñanzas que derivan de dos sentencias expresadas por sendos egregios pensadores del siglo veinte, legado que en sus obras quedaron para su análisis, para la cultura universal, extrayendo de las mismas las que , acordes con el tema, del retiro militar, o jubilación para quienes no portan el uniforme que nos diferencia, exteriormente ; quedando a juicio de cada quien identificarse con alguno de los dos contenidos.

Veamos: André Malraux, Ministro de Cultura del Presidente Françoise Mitterrand , de Francia, cuando en su novela la “Condición Humana”, no deja sentir la expresión de su personaje, el Profesor Gisors, cuando decía; “ Hacen falta sesenta años para hacer a un hombre, sesenta años de sacrificio, de voluntad, de…!Tantas cosas ¡Y cuando ese hombre esta hecho, cuando no queda en el nada de la infancia , ni de la adolescencia, cuando verdaderamente es un hombre, no sirve ya mas que para morir”.

Sentencia de la que, en lo personal emito mis consideraciones, ya que mas allá de lo axiomático o no del contenido de la misma, según el parecer del eximio escritor , nos preguntaríamos :dónde dejamos lo vivido, lo disfrutado ? De los aportes que hayamos dado a nuestro país, a nuestra familia, a la sociedad, a la institución militar a la que hemos pertenecido y pertenecemos, en nuestro caso, eso no cuenta ? Se le puede pedir algo mas a un ser humano? La singularidad del hombre, pienso, que no fue tomada en cuenta por el ilustre pensador, cuando al fin y al cabo, lo que hemos hecho y haremos todos, en tanto Dios nos lo de en dispensa , simplemente es ¡ Vivir!, darle contenidos a la vida.

Y del otro escritor, André Maurois, en su obra “ El arte de envejecer”, nos lleva de la mano por los insondables caminos de su imaginación, con una sentencia, la que contrasto y dejo a sus ambles consideraciones y aplicación practica, de ser su deseo, con la anterior, cuando expresaba: “El retiro mata a muchas personas, sobretodo a quienes no se han preparado para tomarlo. Para quien guarda su curiosidad intacta, el retiro es el tiempo mas delicioso de la vida cuando se conserva la actitud para aprender y comprender, mantener en su aldea, en su jardín, alguna actividad limitada y personal. El hombre prudente entregara su tiempo así mismo y a su propia cultura. Por mi parte yo no me imagino un fin de vida mas bello que el retirarme un día a una campiña ya allí releer, anotándolos, alguno libros que he amado tanto”.

Dejamos a vuestro mejor criterio el análisis de estas expresiones de cuyo contenido interesantes moralejas podemos aprender y practicar, tantas o mas de aquella del bardo peruano, Santos Chocano……” El ave canta aunque las rama cruja / como que sabe lo que son sus alas”.

Somos poseedores de la fuerza de nuestra formación militar, virtudes y acciones para sobreponernos a todas las vicisitudes. Esas son nuestra alas.

Señoras y señores.

Gracias infinitas por cederme la generosidad de su tiempo, el que utilice en nombre de los tantos oficiales que conformamos un valioso capital estratégico de Venezuela, unidos fraternalmente en nuestro IORFAN.