Jacobo Yepez Daza <yepezdaza@gmail.com
El 23 de julio del corriente, el Cnl José Ramón González Ramírez, CI 3.429.455, me envió un mensaje de texto donde, después de identificarse respetuosamente, solicita: "... favor deseo saber de mis acciones que acumule en AIMARTI. Gracias."
Le respondí: "Mándame el nombre del banco, tipo de cuenta y los veinte números y te enviare acciones compradas y rendidas hasta el 2001"
El 25 de julio me envió todos los datos y me pregunto: ¿Mi Gral., que tiempo demora eso? Estoy necesitado y por eso he recurrido a Ud."
Respondí inmediatamente: " Hoy en la noche revisare cuantas acciones compraste y cuantas te ganaste hasta el 2001"
Después de revisar los archivos le respondí: " José, tu compraste 65.600 Bolívares en acciones, te ganaste 59.800 Bolívares hasta el 2001, total 125.400 bolívares, que divididos entre mil para convertirlos en Bolívares Fuertes, da 125,40 que te enviare cuando llegue a Caracas. Por eso cerró la compańia. Saludos!"
Recibí un último mensaje: " Buenos días mi Gral. pensé que las acciones incrementarían el valor accionario y su rendimiento no retirado convertido en acciones era mayor al liquidar a la empresa" (sic)
El 3 de agosto, con el título Corporación AIMARTI, ¿burla? ¿estafa? Aparece un correo enviado al Blog "Informador Militar" por Casita González Cárdenas, que por la identidad del contenido de acciones compradas y rendidas, debe corresponder con el Cnl González Ramírez, ahora ex- accionista de la empresa porque ya se le transfirió el monto tantas veces mencionado. Copio el mensaje textual:
“Asunto: [Informador Militar] CORPORACIÓN "AIRMARTI" ¿BURLA? ¿ESTAFA?
¿QUIEN PODRÍA INFORMARME QUE PASÓ CON ESTA EMPRESA?
En mi época de Oficial activo con el grado de Mayor, compre en el IORFAN Caracas, unas Acciones de la “CORPORACIÓN AIRMARTI”, por un valor de Bs. 65.600,00, promovida por el G/D (Ej) Yepez Daza, con "la promesa de acceder a una importación de vehículos HUNDAY que nunca llegaron". Al parecer (?) esas acciones irían incrementando su valor, y su rendimiento: "no se haría efectivo en cada ejercicio fiscal en dinero, sino en aumento del número accionario".
Pues bien, pasaron mis años de servicio, y con 30 años pasé a retiro, y ya van en esta honrosa situación de retiro 12 años más. Mi promoción acaba de cumplir 40 años de graduados. Quise saber de “NUESTRA EMPRESA AIRMARTI”, conseguí el teléfono del G/D Yépez, quien amablemente me informo que estaba reintegrando los haberes de los socios y que le mandara mi cuenta para depositarlos; diligentemente lo hice y... CUAL FUE MI SORPRESA !!! me escribió textualmente: “José, tu compraste 65.600,00 Bs en Acc, te ganaste 59.800,00 Bs, hasta el 2001, total 125.400 Bs, que divididos entre mil para convertir en BOLÍVARES FUERTES, da 125,4 que es lo que te enviaré cuando llegue a Caracas...” y, ME HA DEPOSITADO EN BANESCO DESPUÉS DE TANTOS AÑOS COMO SOCIO... 125,40 Bs ? Por eso mi ASUNTO de este correo CORPORACIÓN “AIRMARTI” ¿BURLA? ¿ESTAFA?”, fin de la reproduccion.
Yo le agradezco al Cnl González que me haya ofrecido la oportunidad de responderle en este Blog, si la Corporación Aire, Mar y Tierra, (AIMARTI CA) es una burla o una estafa.
AIMARTI tiene su origen en los días inmediatamente posteriores al 4 de febrero, cuando el gobierno de Carlos Andrés Pérez, consideraba que todos los oficiales retirados éramos golpistas y en consecuencia empezaron a limitarnos los accesos a las dependencias militares. En mi condición de Presidente de OFIDIRE, recién rebautizado IORFAN, aproveché la existencia de la INVERSORA AIRE, MAR Y TIERRA, que había sido fundada por el Presidente de OFIDIRE de entonces, el Gral José Primitivo Godoy, para transformar la pequeńa partida presupuestaria que existía en OFIDIRE para dar préstamos a sus integrantes, en una Corporacion, filial de la Inversora, en la que la inversora de Iorfan, tendria participacion accionaria y por otra parte pasaría a prestar hasta 10 meses de sueldo, de acuerdo con el grado, para lo cual se invitaría a oficiales, sub-oficiales y tropas profesionales, a formar el capital con un mes de sueldo, de acuerdo con cada jerarquia, pagadero en doce meses, por descuento automático de nómina en el IPSFA. El proyecto fue presentado en una Asamblea de Iorfan y aprobado. Como la contabilidad sería llevada por la administración del instituto y los gastos de agua, aseo, electricidad, etc. ya los pagaba el Instituto, la tasa de interés de los préstamos sería inferior a la tasa del IPSFA, pero acrecentaría el fondo. Con las primeras cuotas se empezó a prestar diez meses de sueldo de acuerdo con el grado, a quien lo solicitara. La utilidad estaba en torno al 10% anual.
Cuando la compańia llegaba a la cota de 1.200 accionistas pagando un mes de sueldo en doce cuotas, se produjo una presión para que IORFAN vendiera carros y repitiera el éxito del IPSFA, en la venta de los carros chevette. Cuando la compañía AIMARTI, anunció el programa de vehículos, se produjo un ingreso masivo de 606 nuevos accionistas, interesados en los carros, no en los préstamos, ni en el fortalecimiento de Iorfan. (El tema de los carros lo dejo para responderle a mi amigo el General de Brigada, Ingeniero, Juan de Dios Vierma Fuentes, que ha participado en este intercambio de ideas sobre la "estafadora empresa" (sic) AIMARTI.)
El gobierno de Pérez inició un ataque contra IORFAN entre 1992 y 1994, entre otras medidas desconoció que AIMARTI perteneciera a IORFAN, y por tanto ordenó al IPSFA suspender los descuentos por nómina a los afiliados, que habían pedido préstamos, dejando el pago de los préstamos en un limbo. (el 90% de los profesionales se acercó a IORFAN, para regularizar su situación a través del Banco Unión).
El segundo ataque se produjo cuando el Presidente de IORFAN designado por Pérez en 1994, solicitó a AIMARTI la desocupación inmediata de la sede de IORFAN y la desconección total con el instituto, obligando a una empresa del IORFAN, a alquilar una oficina por su cuenta, tener que pagar, local, personal, agua, electricidad, condominio, que no estaba contemplado en el proyecto y además, dejó de pagar las cuotas de los préstamos que se le habían concedido a los empleados de IORFAN.
La compańia se mudó para un ambiente de la oficina del Tcnl Adalberto Pacheco, que dividió su oficina en dos, con la esperanza que en un futuro se pudiera comprar.
Para el 2001, la empresa se había estabilizado y se convocó para el 11 de abril del 2002, en el Circulo Militar a los accionistas para la Asamblea Anual Ordinaria con el fin de presentar el Informe Anual y proponer que las utilidades totales de la empresa, unos 45 millones de bolívares, se dejaran como rendimiento accionario, ya que el capital suscrito eran 100 millones de Bolívares y no se habían vendido sino 55 millones de bolívares, porque la mayoría de los accionistas que se habían inscrito por los carros, pidieron la devolución de sus acciones. Por cierto, la INVERSORA Aire, Mar y Tierra de IORFAN, que acaban de desactivar, nunca pagó sus acciones.
Con 100 millones en circulante, en manos de los accionistas como préstamos y el interés elevado a las tasas del mercado para afrontar los nuevos gastos, la compańia no pudo hacer frente a la inflación, la compańia había sido diseńada para darle un máximo de diez sueldos (360.000 Bs) a un coronel que ganaba 36.000 Bolívares mensuales en 1992.
Para el 2004 los préstamos a un coronel ya eran de dos y tres millones de bolívares, para pagar en 5 años, pero el aporte inicial seguía siendo de 36.000 Bolívares (1.000 la acción). La lamentable muerte de tres de los 5 honorables miembros de la Junta Directiva, el Coronel Wuitremundo Hernandez Navas, en Caracas, el Teniente Coronel Orlando Alcala Graterol, en Carabobo y el Maestro Veliz de Puerto Cabello, elegidos en el 2002, no alivió la carga financiera, porque los estatutos establecían que ese trabajo sería siempre AD-HONOREN. (Los miembros de la junta Directiva de AIMARTI, serían los miembros de la Junta Directiva de IORFAN)
Desde el 2001, hasta el 2007, para enfrentar la inflación, la empresa ajustó sus gastos paulatinamente, hasta quedar, ras con ras, cada ańo, eliminando empleados desde 4, que componían la empresa en el 92, hasta quedarse con uno solo, 4 horas por semana.
Cuando se calculó que para el 2007 la empresa arrojaría perdidas, se entregó la oficina y la empleada continuo trabajando en su casa, 4 horas los sábados, esperando que los préstamos concedidos hasta por 5 ańos, concluyeran en el 2012 y como la empresa desde el principio había devuelto las acciones especialmente a los que se habían inscrito por los carros, hemos estado devolviendo paulatinamente las acciones y los dividendos declarados hasta el 2001, a medida que se pagaban los préstamos.
La compańia logró prestar hasta el 2007 unos 1.200 millones de Bolívares, a unos 800 accionistas, a la mayoría de los cuales ya se les devolvió su dinero, porque teníamos las coordenadas financieras para hacerlo. El problema se presenta con los que nunca pidieron préstamos, cuyos datos de afiliación en 1992-3 son completamente obsoletos, como ocurrió con el Cnl González y hasta tanto no se pongan en contacto conmigo, es difícil localizarlos. En el 2007 hice una gira por varios estados del país, explicando la situación, pero sólo asistieron los beneficiarios de los préstamos, que estaban interesados.
El Teniente de Navío Ricardo Martínez Pernia, defensor a ultranza de la empresa, a quien se le deben más de mil bolívares y a quien localicé para devolverselos, cuando regresó de Espańa, porque sabía donde vivía en los Teques, se negó a recibir sus acciones y sus dividendos, argumentando que se debió convocar a una Asamblea General Extraordinaria, para decidir la devolución de las acciones, que por ningún motivo se debieron suspender los préstamos y que se debió buscar “alguna solución”, para no interrumpir el funcionamiento de AIMARTI, “pero deseos no preñan” y el tiempo ha confirmado, que fue preferible devolver el valor de las acciones y su rendimiento, en un proceso que tomó cinco años, que declarar la quiebra y no devolverle nada a nadie.
Yo comparto la desilusión, la frustración del Cnl González, pero ni la imaginación más audaz hubiera podido predecir que un plátano costase actualmente 6.000 bolívares viejos, y que el sueldo de un coronel en 1992, de 36.000 Bolivares viejos, equivaliera a seis plátanos en el 2013. No creo que AIMARTI tenga que ver mucho con esa realidad. Yo prefiero haberle devuelto los 125,4 Bolívares Fuertes al Cnl González, que decirle que sus reales se habían perdido.