29 dic 2018

CARTA DE UN VIEJO Y OLVIDADO SOLDADO RESIDENTE EN EL EXTERIOR

 Antes de ir al motivo principal de esta entrega deseo notificar que, hasta la fecha-hora del 29DIC2018 || 02:15 horas, ni la ciudadana Vicealmirante presidente del IPSFA, ni el ciudadano General en Jefe del MINDEFENSA, han ordenado el depósito de la jubilación que a ellos se les antoja que se me debe pagar.

Y digo “que se les antoja” porque, a ciencia cierta, no conozco cuál debe ser el monto correcto, que por ley me corresponde.
Vayamos al propósito principal de esta entrega.
En esta oportunidad transcribo una carta recibida de un Oficial, en situación de retiro, residente en el exterior y que se identifica al final de ella.
Lo hago textualmente; solo me permití la libertad de otorgarle un título.
Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández
Diciembre, 29 de 2018


Transcripción
CARTA DE UN VIEJO Y OLVIDADO SOLDADO RESIDENTE EN EL EXTERIOR

Diciembre 2018
Recordados hermanos menores, Érika Coromoto y Vladimir, ¡Feliz Navidad! Y “que Dios llene sus hogares de amor, sus mentes de armonía, sus manos de perfección y sus vidas de bendiciones.”

Discúlpenme que les salude por este medio, pero no tengo otra alternativa, ante la invisible pero infranqueable barrera comunicacional alrededor de ustedes, que injustamente nos separa a pesar de nuestros entrañables, inseparables y eternos lazos familiares:  nacimos en Venezuela --nuestra común madre patria-- y como católicos fuimos bautizados, y como discípulos de Dios profesamos la fe católica semanalmente en las misas dominicales en nuestras alma mater, y en el seno de ellas nos criamos, crecimos y juramos ante nuestra bandera “defender la patria y sus instituciones…hasta perder la vida si fuese necesario”, y sellamos ese juramento con un beso y la rodilla en tierra, y vistiendo orgullosamente el honroso uniforme militar pasamos a ser hijos de un padre común : Simón  Bolívar; y así, un glorioso día salimos a custodiar la patria, nuestra patria. Y con esos y por esos lazos familiares, yo, su hermano mayor, William, no usaré grados ni títulos, ni sus posiciones laborales temporales, ni mucho menos innecesarios protocolos para hacerles llegar mi fraternal mensaje.

Queridos hermanos menores, Érika Coromoto y Vladimir, permítanme recordarles durante esta época de Navidad, que ustedes son unos de nosotros -de sus hermanos activos y retirados (RA)- pero el poder y la vanidad los alejaron de sus hermanos. Por favor, ¡reflexionen!... y recuerden que “el atributo más alto que Dios le ha dado al hombre es la sabiduría”.

Hermanos, lo más cercano al corazón es la familia, y Dios exige que se la tenga como valor supremo, por encima de las ocupaciones e intereses.

Cuando apartamos nuestra mirada del amor misericordioso de Jesús y la ponemos en las riquezas de este mundo, lo único que hacemos es dañar la mente y el corazón porque nuestros ideales son otros. Cuantas divisiones se generan en muchas familias cuando alguno de los que hacen parte de ellas solo está interesado en conseguir y acumular riquezas.

             Mis queridos hermanos Érika Coromoto y Vladimir, ustedes “no ven la oscuridad ni las muchas lágrimas [de sus hermanos mayores] porque así lo han decidido. Algún día aprenderán una buena lección. La inmerecida pobreza [de sus hermanos mayores y el dolor de ser olvidados] son muy duros para nosotros, nos duele el cuerpo y el alma tratando de salvar nuestros hogares, buscando cómo comprar comida …pidiendo ayuda. Ustedes no han pasado hambre, ustedes ríen con los suyos en las mesas de sus hogares, repletas de alimentos. El dolor de ser rechazados por sus hermanos menores, de ser indeseados, de ser abandonados… ¡Si sólo supieran cuánto!”

Yo, William, su hermano mayor, quiero recordarles lo que “en aquel tiempo” dijo Jesús a sus discípulos (Mateo 18, 15-20): “Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.”  Y además esto: “Lo que yo puedo hacer, ustedes no pueden. Lo que ustedes pueden hacer, yo no puedo. Pero juntos, podemos hacer algo hermoso para Dios.”

Yo asumo mi responsabilidad en la salvación de cada uno de mis hermanos menores, y por ello pido al Señor que me conceda la gracia de estar en capacidad de corregirlos e instruirlos, cada vez que uno de ellos se equivoque y honestamente admita que se salió del camino del bien, el camino que Él nos ha mostrado. He aplicado esa responsabilidad contigo Vladimir, más de una vez, pero tu silencio ensordecedor como respuesta, te identifica “como un gentil o publicano.” ¿Lo negarás? ¿Tienes aún miedo de dar un paso al frente por tus hermanos mayores? “El valor es la virtud suprema.” ¿Se ha enfriado tu generosidad? ¡Reflexiona! y cuando veas el sufrimiento de tus hermanos mayores -los enfermos, unos dentro de Venezuela y otros fuera de ella sin recibir sus pensiones por 3 años, sin olvidar a los hermanos injustamente privados de su libertad, incomunicados e imposibilitados de ver y abrazar a sus familiares en estas navidades- sólo entonces te darás cuenta qué la Pasión de Cristo está siendo revivida. “Un hombre débil confunde la terquedad con la fuerza.”

Permíteme recordarte tus propias palabras pomposamente publicadas por Internet, a través de la página del IPSFA: “…el Ministerio del Poder Popular para la defensa, y el Instituto de Previsión Social de la FANB se preocupan, día a día, por fortalecer el Sistema de Seguridad Social de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y crear la mayor suma de felicidad a la Gran Familia Militar.”

 Y en cuanto a ti, mi querida hermana menor Érika Coromoto, tienes la suerte de llevar el nombre de la Santa Patrona de nuestra querida Venezuela, la Virgen de Coromoto ¡Felicitaciones! Tú sabes muy bien que has sido puesta al frente de nuestra familia para “darnos la ración de trigo a su tiempo” y no cuando otros te lo autoricen o se acuerden del “hambre ajena” … el hambre de los Reserva Activa, el hambre de las viudas y de los huérfanos. Debes demostrar sabiduría e inteligencia. No permitas que otros te obliguen a llevar puesta la careta de la burla: la fachada de la incapacidad y la indolencia, ante las necesidades de tus ancianos hermanos mayores; tus antecesores la llevaron puesta. Muéstrate bondadosa con los RA, tus hermanos, que hoy ocupamos el último lugar esperando que el que nos invitó nos diga “hermano, acércate a la cabecera…porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado, y el que se humilla, será engrandecido. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros, y los que ahora son los primeros, serán los últimos.”  La Directiva y Gerencias del IPSFA están para “dar fruto y que ese fruto perdure”, de sus bocas deben salir palabras sensatas que expresen lo recto y defiendan la justicia social, que sustenten al huérfano y a la viuda, que se preocupen por las desgracias de sus hermanos RA e inclinen sus oídos a nuestras palabras, que no nos adulen con sus bocas mientras sus lenguas mienten, que procedan con humildad. JESÚS dijo: “Con el dinero, tan lleno de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo. El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes”

Bueno, mis queridos hermanos menores, Érika Coromoto y Vladimir, que la paz del Señor esté con ustedes y sus familias en estas navidades y el año nuevo. AMEN.

Su hermano, William Carvajal. R.