29 oct 2001

Sueño azul pizarra

Sueño azul pizarra

Enrique Prieto Silva
Lunes, 29 de octubre de 2001

Azul pizarra es el color del uniforme de los cadetes de la Escuela de Formación de Oficiales de la Guardia Nacional. Orgullo de los veteranos de la Institución, quienes cada 4 de agosto lo lucen en la versión inicial, antes de que la EFOFAC asumiera un uniforme similar al de la Escuela Militar, hoy Academia Militar, donde surgen los ilusos sueños que adornan y fortalecen la mente de algunos oficiales formados en ese componente de la Fuerza Armada, autonombrada “forjadora de libertades”, supuestamente reprimidos en muchos de ellos, dada la conducta de algunos de sus líderes, quienes, para algunos, han desviado el patrón institucional, para incursionar en la política partidista, desviando el sentido inicial de sus sueños.

Una paranoia romántica de enfrentamiento juvenil, similar a la fiebre o enfermedad infantil tildada al comunismo, ha existido siempre entre los huéspedes estudiantiles de las dos casas de uniforme azul, hoy enfrentadas con sus dos grandes salones en Fuerte Tiuna. Una, la del azul del tiempo, que luchó orgullosa por su herencia de libertades y la lucha por la formación del liderazgo y del sacrificio militar por la patria, preparándose para la guerra y la fortaleza de sus armas y servicios. La otra, la del azul pizarra, que nunca soportó la tilde de “policía”, acuñada siempre con malicia por los primeros, que los obligó a militarizarse cada vez mas, al extremo de que las mas recientes promociones alzaban pecho para demostrar mayor militarismo, olvidando el origen de su estirpe como fuerza del despliegue en la lucha por el mantenimiento del orden interno. Ese orden que siempre ha estado perturbado y ha permitido el desliz de muchos soldados, que han creído que el llamado de la patria ha sido para su conducción política.

Pareciera que el tiempo fuera el culpable del olvido y no la mala memoria de muchos que solo viven el presente. Es por ello que hoy vemos la promoción de los sueños azules, como el gran ideal de ese liderazgo preñado de falso patriotismo. Vemos a los de azul pizarra luchando por su ubicación militar y el cambio de rol, de lo policial a la acción cívica, mientras que los de azul del tiempo, abandonan el rol del sacrificio por la patria, para la conducción con orgullo de operaciones policiales y la gerencia y conducción de funciones de mercadeo, bancario, construcción civil y una acción cívica desvirtuada hacia la dádiva y el beneficio a la desidia y a la vagancia.

No sabemos cual es el motivo de la discriminación institucional, atendiendo a la última reunión de mandos militares donde solo estuvieron presentes el Ejército y la Guardia Nacional, pero pareciera que se lucha por empastelar a las fuerzas de tierra con miras a un mando subordinado y, crease o no, esta amalgama no es buena para los fines institucionales de ambas organizaciones. Definitivamente, debe saberse que no son la misma cosa, aunque las hayan fundido en una sola Fuerza Armada. El Ejército para sus funciones estrictamente militares, aunque se dediquen a muchas otras cosas en la mal entendida definición de “desarrollo”. Mientras que la Guardia Nacional, por ese erróneo acercamiento funcional, pierde espacio en su función primigenia y justificativa, quitando al país la oportunidad de contar con un cuerpo policial experimentado y prestigioso, como es el reclamo general. Creemos que aún no se han percatado del tremendo daño hecho a la Guardia Nacional, al suscribirla y subordinarla dentro de un ente cuyas funciones son dispares en cuanto a seguridad y orden público.

En la historia quedará escrito el daño que se ha hecho a la FAN con toda esa parafernalia normativa-organizacional en la que se le ha confundido. Hoy por hoy, no es ni chicha ni limonada, asimilando el calificativo que se le ha dado a otras organizaciones políticas, aunque partidistas.

En lo militar, se trata de emular la revolución cubana, pero pareciera que los artífices de este cambio “paradigmático”, no estuvieran al tanto del calificativo que el “ejército venezolano” (FAN) tiene en el “Museo de la Revolución” en La Habana. Allí, donde los gestores de la “revolución”, para justificar la derrota que obtuvieron en nuestro terreno, cuando intentaron mancillar nuestro soberano, engañaron a su pueblo con un “teatro de la guerra”, donde su sacrificio fue victorioso, ridiculizando las hazañas de nuestros valerosos soldados en Falcón, en Machurucuto y en otros sectores de los hoy olvidados teatros de operaciones antiguerrilleros.

A pesar de la mala relación internacional con Cuba, no debemos “cubanizar” –entendido revolucionario- nuestras relaciones con ese pueblo, pero es inadmisible la intromisión que viene haciendo el embajador de ese país en el nuestro, creyendo que todos los venezolanos olvidamos sus intentos por penetrarnos ideológicamente. No es difícil para nosotros entenderlo. Por su sola vivencia en un régimen de mas de 40 años (mas o menos su vida), es posible que crea, que aquí en Venezuela también existe un comandante que todo lo puede como lo hay en Cuba. Entendemos que para él, eso es democracia, también confundida por nosotros como populismo y libertinaje. Pero debe saber el embajador y los que le siguen en su ideal, que la mayoría de los que luchamos en esa lid, aún estamos vivos y tenemos herederos, quienes como nosotros, no permitirán que se pierda el esfuerzo que hicimos en la lucha por evitar la cubanización (revolucionaria), o mantener un modelo similar al que tanta sangre ha costado en Colombia.

Muchos de los militares institucionalistas se preguntan: ¿Qué será de la FAN dentro de siete o 13 años, según los designios del pueblo que “nunca se equivoca”?. Existe una gran preocupación entre ellos y una indescriptible frustración, al no ver materializados los sueños pregonados por los líderes institucionales, quienes optan por el sacrificio del personal, ante la desidia y mala administración de los ingentes recursos que se asignan a la Institución. Lamentablemente, todo ha quedado en el vaivén de los precios del petróleo y las ofertas a la FAN se han diluido en el temor disciplinario. No obstante, el rumor crece como el río en tiempo de lluvia y ya no es a soto vocce, sino que es público y notorio. Hay malestar entre los militares, especialmente en los de mas baja jerarquía, ya que ellos, igual que la comunidad nacional se imaginan que es cierto el incremento desorbitante de los sueldos en las alta jerarquía. Lo que no es discutido ni repelido por los comandos, ante el temor a las represalias gubernamentales.

En la Guardia Nacional, el personal de tropa está muy disgustado con el proceder presidencial y por ello hablan mal de él (es increíble la murmuración generalizada). ¿Tienen razón? Veamos. Dicen que todo el mundo estaba contento con el presidente porque era militar (¡que error¡). El presidente y el ministro les ofrecieron al menos nivelar su sueldo con otros funcionarios públicos similares, pero el ataque que se hace a todos los militares, ya que creen que todos están con el Presidente, ha hecho que el gobierno tenga miedo y opte por lo más cómodo, sacrificar la aspiración de los militares. No como muchos creen, que es elevarles el sueldo por encima de los otros funcionarios públicos.

Por ejemplo –dicen los guardias-, un policía de Sucre y Chacao, entrando ganan Bs. 614.000,00 (el sueldo de un capitán); el de la Metropolitana gana Bs. 514.000,00. Mientras que la escala baja en los guardias es así: un GN (raso), gana Bs. 202.000,00; un Dgdo., gana Bs. 243.000,00; un Cabo 2do., gana Bs.291.000,00, un Cabo 1° gana Bs. 350.000,00. Sigue la escala con estos incrementos, pero en ningún momento, ningún guardia nacional llega a igualar a un policía. La diferencia con el salario mínimo es poca. No hablemos de los oficiales, para no entrar en polémicas interesadas, pero la murmuración también llega de ellos. Algo se ha hablado de las caras largas en la reunión de Fuerte Tiuna. También están pendientes, no vaya a cambiarse la orden de pagar tres meses de aguinaldo, como ocurrió el año pasado que pagaron una quincena menos que el año anterior. La frustración entre los militares es grande, a pesar de que ellos no son culpables de las elecciones. Piensan que lo que hace el gobierno (especialmente el Ejecutivo ampliado) se lo achacan a la FAN.

Sobre la reunión, muchos de los convocados se formaron grandes expectativas, creyendo que se tratarían algunos de los problemas que confronta el país y con él la Fuerza Armada, creyendo que pudiera realizarse un diálogo con intercambio de opiniones, pero no fue así, la reunión se transformó en un encuentro de comando para una amonestación general, que se entiende como un regaño y llamada de atención a los comandos superiores por supuestos abusos ante las órdenes presidenciales y ministeriales. Supuestamente, la desviación del cumplimiento de la ley en cuanto a desalojos y tolerancia a actos desmedidos del “pueblo”. Un problema de orden público, siempre atacado legal y justamente por la Guardia Nacional, fue llevado al campo ideológico. Se dijo que la Fuerza Armada no debería reprimir al pueblo, ya que su deber era cumplir con la frase de Bolívar en su testamento póstumo: “los militares, utilizando su espada para defender las garantías sociales”. Se olvidó que las garantías no son solo de algunos y de algunas circunstancias, sino que ellas también corresponden al que legítimamente posea.

Sobre los sueldo, que es la comidilla y el dislate en la tensión no pudo ser de mayor frustración para quienes esperan un aumento anunciado desde hace mas de dos años por dos ministros. Pareciera que todo se resuelve con convencimientos morales, éticos y revolucionarios. Se les indicó que el Estado no tiene suficiente disponibilidad para incrementos salariales y se les tocó un punto, que por veleidoso y engañosos, siempre ha creado malestar, la justificación de que los miembros de la Fuerza Armada tienen un conjunto de ventajas sociales que no tienen los demás funcionarios públicos. No habó -según los comentaristas-, del mal estado de los servicios y de estas ventajas

Pero lo de mayor gravedad, lo que ha servido como leña al fuego, es haber llevado al tapete militar los problemas políticos que enfrenta el gobierno, tales como: la ruptura con el MAS, el distanciamiento con Alfredo Peña, la elección sindical, la Ley de Tierras y el paro cívico organizado por la Federación Ganadera en el Zulia.

eprieto@c-com.net.ve