3 nov 2018

La muerte del Gral Herrera Hernández

La muerte del General Henry Herrera Hernández nos debe llevar a la reflexión. Su perdida es dolorosa para su familia, para el Ejército y para el país, pero su asesinato desnuda, sin tapujos una realidad que el gobierno de Venezuela se empeña en soslayar. La delincuencia es la dueña de las calles de Venezuela. No es la policía ni la Guardia Nacional ni el Ejército, la seguridad en las calles de Venezuela depende de los pranatos y los criminales que controlan, sin ningún tipo de vergüenza o miedo, la seguridad ciudadana en nuestro país. Todos los días, los venezolanos salimos de nuestros hogares y nos encomendamos a nuestro Dios, nuestros santos de preferencia, las deidades esotéricas más inimaginables y cualquier estampita con una oración y un Santo que nos asegure regresar con vida y con todos nuestros bienes a nuestra casa. Lo hacemos, no porque seamos un pueblo creyente (Que lo somos) sino porque el Estado no tiene la capacidad ni la voluntad para protegernos. Entonces, en vista que las fuerzas policiales y las FAN no garantizan la vida de sus ciudadanos, debemos recurrir a la Fe para creer que no seremos víctimas de la delincuencia ni pasaremos a formar parte de las estadísticas delincuenciales de la nación. Hace poco, el Ministro Reverol afirmó con técnicas inextricables, estadísticas incomprensibles y con un verbo zafio, que la delincuencia en el país había bajado a niveles casi nulos. El asesinato a sangre fría de este General es una cachetada a ese discurso politizado y que persigue un fin político y no se asemeja a la realidad que vivimos los venezolanos. El ciudadano común se siente indefenso y el asesinato de un General de ejército, especialista en técnicas de contraguerrila, con cursos de paracaidismo, de cazadores internacional, de infanteria, de Estado Mayor, y pare de contar , por parte de un muchacho que no llega a la segunda década de vida y sin ningún tipo de entrenamiento policial o militar, hace que los pobladores de este país temblemos de miedo. Seguramente mañana saldrá un personero a decir que el General fue acribillado por un agente de la CIA  y pagado por un líder  opositor; A las horas saldrá el Ministro de interior a informar que ya fueron detenidos los delincuentes y están bajo custodia que murieron en un enfrentamiento contra las fuerzas policiales despues de una ardua labor de inteligencia; tiempo más tarde, el Fiscal mostrará con gráficos y fotos, las conexiones internacionales que se llevaron a cabo para asesinar a este oficial, en fin , la máquina propagandística intentará hacer de todo para que la muerte del oficial General sea usada a su favor. Pero nada revivirá a este ser humano que dejó huérfanos unos hijos y viuda a su esposa. Estuve revisando las estadísticas de muerte de oficiales generales activos en el mundo por parte de la delincuencia y saben ¿Cuantos oficiales han muerto en el mundo este año? Cero. Sí,cero, ninguno. La improvisación es el plato diario en las políticas de seguridad de la nación. Hagan un simple ejercicio. Lo pueden hacer si caminan o van en vehículo. Por media hora, cuenten cuantos funcionarios de seguridad ven en las calles. Yo lo hice hace seis horas y solo vi a dos policías motorizados (mujer y hombre) que llevaban en sus manos una caja de clap( imaginemos que es para su casa) . Señores Generales, a ustedes les debe doler la partida imprevista de un compañero, no se hagan la vista ciega ni los oídos sordos a los clamores de un pueblo. Los seis millones de venezolanos que se fueron del país adujeron que lo hicieron como primera razón, por la delincuencia desatada. Hoy fue el General Herrera Hernández , pero pudo haber sido cualquiera de ustedes. Hagan su trabajo y cumplan con el deber que juraron frente a la bandera tricolor. Para cumplir con sus funciones solo se necesita voluntad. Mañana será tarde, el momento es ahora.

El Pueblo de Venezuela