CN EDDY BARRIOS <eddybarrios@gmail.com>
Que no lo dije, que sí lo dijiste.
El hablante debe percatarse que una cosa es lo que dijo efectivamente, otra lo que quiso decir y otra lo que debería haber dicho. Debemos estar conscientes de que lo que se expresa es siempre un porcentaje de lo que pensamos y que aun así, existe una diferencia para nada insignificante entre la información aportada y la percepción del oyente, ambos influidos por sus respectivos filtros personales mas íntimos, consistentes con sus posiciones o actitudes ante la vida, sus visiones y creencias políticas y religiosas o su cosmovisión y su teogonía.
No debemos dejar de lado los factores o elementos no verbales de la comunicación, los cuales aportan ese sabroso guiso que le da sabor a lo expresado, pudiendo conferirle un sentido totalmente distinto a lo que el expositor desea transmitir, ya que influyen en la percepción, como por ejemplo, la palara marico usada en la comunicación oral popular de los jóvenes de hoy, la cual para nada tiene que ver con “homosexual” como la conocemos los de la tercera edad y, como ésta, muchas otras palabras que han perdido su sentido, digamos del diccionario, para cobrar hoy otros. De allí que ni me preocupen, más allá de mi insatisfacción y medidas que tomo infructuosamente para corregirlos, las conversas en las que sorprendo a todos a mi alrededor, incluso a mis seres queridos, cuando hablan, bien sea en presencia física uno del otro o por teléfono, con sus amigos.
La Defensora del pueblo se quejaba hoy en la mañana, ante una periodista de CNN, de que le había mal interpretado sus declaraciones sobre la tortura y que EL NACIONAL las había descontextualizado y - para rematar – que el diario no le había dado o su derecho a réplica. De paso, le cayó encima a la periodista porque ésta, para darle chance, como le aclaró, a que la funcionaria expresara su posición una vez más, le volvió a preguntar si estaba de acuerdo con la tortura y más vale que no lo hubiera hecho, porque le cayó la Espada de Damocles encima.
Es por eso que los ingleses - en su sentido pragmático - han creado el dicho aquel de: “Make sure yor mind is engaged before you put your tongue in gear”, algo así como “asegúrate que tu mente está encendida antes de conectar tu lengua” y que debería ser tomado en cuenta por los políticos del gobierno. Los marinos de guerra venezolanos acostumbramos a decir de alguien que ha puesto la torta con algún comentario que ha expresado: “Perdió una valiosa oportunidad de quedarse callado”.
Es inevitable que ante estos gazapos o gafes, el pueblo entre en corrillos y rumores donde comparte su percepción y no la información; mucho más, cuando la información ha sido pobremente expresada.
Los rotarios, por su parte, tienen la llamada “Prueba Cuádruple” de lo que se piensa, dice o hace, la cual se resume en los siguientes cuatro considerandos a los que hay que someter todo cuanto se desea decir o hacer:
1º ¿Es la verdad?
2º ¿Es equitativo para todos los interesados?
3º ¿Creará buena voluntad y mejores amistades?
4º ¿Será beneficioso para todos los interesados?
En cuanto al concepto de la verdad en el Quijote. Cada cosa y cada persona tienen su identidad inalterable, pero la mente humana tiene que interpretarla. Los sentidos no engañan, pero los hombres sí. Y puesto que el hombre es un ser social, el conocimiento de la verdad no sólo depende de cómo interprete él la realidad, sino que depende también del testimonio de los demás hombres. Y cuando éste falla, surge la confusión y la perplejidad.
Para Aristóteles, la verdad no depende de ningún factor subjetivo. La verdad es y es objetiva. No está supeditada a deseos, creencias o la especulación. Si no hubiese verdad objetiva no podría pensarse la posibilidad del ser como universal y con ello la posibilidad de la ciencia. La ciencia lo es en tanto ciencia de lo universal.
Sócrates, el gran sabio, sometía todo cuanto le iban a contar a tres filtros, Verdad, Bondad y Utilidad. Esto se cuenta en una parábola atribuida al encuentro de un discípulo que le venía a contar algo de alguien y Sócrates le sometió al siguiente dialogo:
¿Sabes lo que escuche acerca de tu amigo?
Espera un minuto -replico Sócrates- Antes de decirme nada quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del "triple filtro".
¿Triple Filtro?
-Correcto- continuó Sócrates
Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar, tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el examen de triple filtro.
El primer filtro es la VERDAD
¿Estas completamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
- No -dijo el hombre-, realmente solo escuche sobre eso y...bien-dijo Sócrates. Entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo filtro,
El filtro de la BONDAD ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, por el contrario.
Entonces deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que, sea cierto. Pero podría querer escucharlo, porque queda un filtro,
El filtro de la UTILIDAD.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
- No, la verdad que no.
Bien -concluyó Sócrates-, Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no me es útil, ¿para que querría yo saberlo?
Lo que la funcionaria dijo:
–Tenemos 44 denuncias sobre el derecho a la integridad física. Las estamos impulsando y tenemos, bueno, en tortura... yo he sido clara, hasta ayer hemos recibido este material del Foro Penal, yo voy a consignar esto en la Comisión de la Tortura para que podamos hacer un análisis porque, por ejemplo, si se aprenden 11 jóvenes o 15 jóvenes o 20 jóvenes en un sitio de estos, y una persona es golpeada o es tratada o se intenta... fíjense, la tortura tiene un sentido, por eso nosotros tenemos que ser muy rigurosos con el uso de los términos, la tortura se emplea para obtener... se le inflige sufrimiento físico a una persona para obtener una confesión, y tenemos que diferenciarlo de lo que es un trato excesivo o un uso desproporcionado de la fuerza, y, sobre la base de si es tortura o si es trato cruel, inhumano o degradante, se establece la entidad de la pena y la proporcionalidad del castigo.
Más adelante, la Defensora afirmó tajantemente ante una pregunta de El Nacional que: "Nosotros rechazamos, y vamos a investigar, cualquier uso desproporcionado de la fuerza física".
Lo que la funcionaria quiso decir, pero que no le habrían entendido y le habrían mal interpretado:
Explicar el sentido (significado o definición) de la palabra tortura y su comparación con otros tratos que no serían tortura, puesto que no serían para obtener (forzar) una declaración. Con esto establece una diferencia inexistente en la práctica, para la víctima, de algunos maltratos, como pegarle a un señor desnudo, con una tabla en sus nalgas, tabla usada como bate y con el parlamento acompañante de una narración ficticia de un juego de pelota. Eso no sería entonces tortura porque el victimario no le está preguntando nada.
Lo que la funcionaria ha debido decir.
La tortura y los tratos denigrantes e infamantes están definidos con precisión en el estatuto de roma y otros tratados sobre derechos humanos y el gobierno venezolano, en todo caso, rechaza y condena cualquiera de estas prácticas y ordena a los funcionarios a cesar de pegarle a los que protestan con sus cascos en la cara y a caerles a patadas en el suelo, estando éstos desmayados y rendidos, ni a dispararles perdigones en la cara a quemarropa y ni, por supuesto, dispararles mediante francotiradores expertos, en la cabeza, estando corriendo para alejarse de la zona de la protesta.
Visto que no somos Sócrates, Quijote o Aristóteles y que las declaraciones pueden ser malinterpretadas y corridas en rumores sin la debida reflexión de un Sócrates, hasta este punto de detalles ha debido la funcionaria expresar su repudio, ante las evidencias groseramente expresivas de las acciones de los funcionarios, presuntamente venezolanos, de la GNB y a su actuación en comparsa con grupos irregulares de paramilitares, mal llamados colectivos, quienes se ven en motos o a pie, en acción conjunta con personas que portan uniformes del estado. De paso, penetran en recintos domiciliarios privados, sin órdenes de cateo, visita o inspección y detienen, secuestran y se llevan a los jóvenes de sus casas a los comandos. Esto lo ha visto todo el mundo gracias a los videos aficionados. No se puede negar tanta evidencia.
Existen, para terminar, dos dichos populares muy criollos:
“No aclares, que oscurece” y
“No se puede defender lo indefendible”