Runrunes El Universal 12.03.2015
Por Nelson Bocaranda SardiFecha: 11/03/2015
ALTO SORPRESA VERDE:
La búsqueda de leche líquida descremada me llevó a un automercado de Los Chaguaramos en el que un “bachaquero” de Baruta me había soplado que en otra cola había abundante oferta. Esperando con paciencia me topé en la misma fila con dos militares uniformados, uno con una estrella y otro con dos, con los que minutos después comencé a intercambiar palabras. Las colas, humillantes por decir solo una cosa, hacen que todos seamos iguales y compartamos la misma vicisitud. Pregunté cómo era que hacían mercado con uniforme y si el público no los molestaba por su condición expuesta de ser militares en un gobierno que mas que civil es de las fuerzas armadas. Casi hora y media de aguante nos hizo amigos instantáneos. Tanto que al tener cada uno su caja con 12 litros nos tomamos un café en el mismo mercado. Sus respuestas y preguntas las colocó a continuación:
En el Este de Caracas no podemos ir uniformados pues la mayoría de la gente nos ve mal, nos increpa y nos señala como miembros de un gobierno militar corruptísimo. Esta zona, cercana a Fuerte Tiuna, está acostumbrada a ver militares en todas partes. Cuando podemos hablar con alguien que nos reclama por lo que antes dije tenemos ya unas respuestas acostumbradas: No todos los militares somos partícipes de esta piñata de corrupción. Los generales de más alto rango, especialmente los Mayores Generales si son chavistas o al menos así nos lo demuestran. El resto pasamos el mismo trabajo que la mayoría de los ciudadanos de a pie. ¿Usted mismo no se sorprendió de vernos aquí? Entienda que nuestras familias nos reclaman a diario y pasan muchas vergüenzas cuando nos tildan de chavistas, corruptos, abusadores, nuevos ricos y otros epítetos más duros. Nuestras esposas hacen mercado también como todo el mundo y sienten los precios altos.
Déjenos contarles que nos sentimos muy mal cuando apenas Maduro –nuestro comandante en jefe- ordenó el aumento de 45% para los militares, todos los hacedores de opinión nos cayeron encima y nos sometieron al escarnio público. Nadie explicó que nuestros salarios estaban rezagados desde hacía casi dos años y que además la llamada seguridad social de la FANB está por el suelo. Me cuentan el deterioro del IPSFA y de los Seguros Horizonte cuyas pólizas de salud y de vehículos ya no son aceptadas en muchas clínicas privadas y talleres. Narran el drama del Hospital Militar de Caracas y los similares en el interior del país donde la falta de insumos, equipos deteriorados, abandono de instalaciones y escasez de medicamentos por no decir de placas de rayos X, catéteres, sueros y otros dispositivos brillan por su ausencia.
Indago sobre si el estar armados y en uniforme es una garantía para ellos ante el auge de la criminalidad y la indefensión del ciudadano común y rápido contestan que ellos también son víctimas pues al verlos uniformados los delincuentes piensan que están armados y son el blanco perfecto para asesinarlos y robarles su pistola de reglamento. Los dos venían de calarse una transmisión de FANB-TV por más de cuatro horas donde el ministro de la defensa, Padrino López, disertó sobre “la invasión gringa y la necesidad de estar listos para defender la patria”. Con mas humor que seriedad se refieren a esa perorata donde entregaron un libro de discursos de Chávez mientras los minutos pasaban atacando al presidente Obama y el Imperio. Con ironía refieren que los jefes rojos critican al presidente negro por unos 7 asesinatos de afroamericanos pero nunca han hablado de los 180 mil asesinados por la delincuencia venezolana. Cuentan que el ministro reiteró algo con lo que la mayoría de sus compañeros no estaba de acuerdo: “todo oficial debe ser pensador y operador político”. Ya despidiéndonos llegaron otros de sus colegas al automercado y pensé que no querían que los vieran conmigo. Por el contrario, me los presentaron sin darme sus nombres y más bien en tono chistoso me dijeron: “ninguno de los 4 tenemos el portanombre en sitios como este no vaya a ser que nos mienten la madre con nombre y apellido”.
Me asombro al saber que hay 4.981 militares en la administración pública y que en el último desfile tuvieron que vestir a los cadetes de la academia de soldados debido a la escasez de tropa. Igualmente que cada día 4 militares piden la baja y entregan su pistola de reglamento provenientes de lo que llamaron Comando, Técnico, Asimilados y Tropa. Otro detalle es que una gran parte de los militares que envían a cursos en el exterior (¿China, Rusia, Bielorrusia, Argentina, Nicaragua o Cuba?) piden la baja desde donde estén para quedarse fuera. Dos vieron el programa dominical de José Vicente Rangel donde éste colocó segmentos de sus entrevistas con Chávez y su observación fue “con pinzas escogió las intervenciones del barinés, las que golpean muy duro a Maduro y su gobierno por tantas metidas de pata alejadas de lo que en ellas señalaba el caudillo. Sienten que hay parálisis de accionar. Días antes yo me había enterado de un informe entregado al ministro Padrino en el que detallan, al pelo, la capacidad de fuego que tiene hoy la FANB: solo una hora de municiones. Lo comparto con los cuatro y ninguno me responde. Uno me apunta: “averigüe cuantos agregados militares venezolanos hay en Estados Unidos, en Washington, la OEA y la ONU y cuantos familiares y amigos de los jefes que están en ese país con pasaporte diplomático u oficial. Será noticia le aseguro”. Salgo de primero con mi caja de leche larense y ya en el carro me doy cuenta que -sin esperarlo, por cosas del destino- logré una radiografía hacia lo más adentro de un sector del país, del poder, inexpugnable la mas de las veces. Sentí que lo que tanto repiten los jefes rojos, lo de la FANB revolucionaria, chavista y anti-imperialista, es más buchipluma que realidad. Uniformados y civiles sufrimos igual los problemas que aumentaron al 1000% en estos 16 años…