Maracaibo, 21 de marzo del 2015
Difícil aceptar la certidumbre de una llamada como la que hoy me hizo Nelson Arteaga anunciándome la partida final de Alexi López Peña. Todos vamos a morir, es cierto, pero nos cuesta pensar en ello y más aún, aceptar que un día de éstos nos tocará.
Que vaina, tal vez yo sea el último de los compañeros que tuve la dicha de compartir con Alexis su bondad de compañero; me tocó aceptar su generosidad al ofrecerme su casa en la playa de El Supí en el Estado Falcón hace menos de un año, y disfrutarla por los días del mes de agosto sin interesarse él, por el costo que ésto podría ocasionarle. Es de suponer que hube de compensar a su generosidad con lo que me correspondía, pero su pródigo gesto se centró en todo momento al bienestar que nosotros como familia pudiéramos percibir en su casa. Hoy , mi madre, mi esposa, mis hijos, mi familia toda, lamenta profundamente la partida de éste compañero, que sin conocerlos, se atrevió a demostrar tal generosidad.
Esto lo hace y lo haría cualquiera de nosotros, si el momento así lo requiere. A través de nuestro contacto por tantos años de separación física, percibimos esa fuerza de unidad que Dios ha estampado en nuestra Promoción. Somos insolubles e inseparables, fuertes y únicos como grupo. Hermanos, aún con las diferencias de criterio que las pasajeras circunstancias nos toca como humanos. Somos Maturines 71!
Me cuesta recordar que en una de las conversaciones que tuve con Alexi, me confesó que "ésta vez si iba a compartir en nuestro Reencuentro..." - Lo harás Alexi, porque tu recuerdo no se borrará de nuestra mente, estarás presente en nuestra actividad como lo han estado todos los compañeros que hoy comparten tu cielo. Recordaremos tus gestos de inconformidad y de arrechera injustificada que siempre plantabas en tu rostro, pero sin alusiones particulares. Era tu forma de ser y nos hacía falta tus pleitos y reclamos que terminaban en risa y en abrazos.
Al decirte Adiós, como hermano, compañero y amigo, derramo unas lágrimas en tu honor para despedirme por un tiempo; el que Dios tenga dispuesto para reunirnos de nuevo; nuestra fe nos permite creer como le dije a "Alcancía" cuando me tocó; que "es solo un hasta luego...!
Alvaro.