FRENTE INSTITUCIONAL MILITAR
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Caracas, 30 de Octubre de 2013
BOLETIN DE NOTICIAS Nro. 283
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Mi alerta a la Fuerza Armada. Entrega del Esequibo
POR: GRAL. DE DIV. (Ej) FERNANDO OCHOA ANTICH
No me es posible guardar silencio. Hacerlo sería un acto de traición a la Patria que me avergonzaría toda mi vida. Tengo que rechazar con gran firmeza la manera ligera e irresponsable como el Gobierno Nacional ha venido conduciendo las relaciones con Guyana y en particular el problema de la reclamación territorial que, en el marco del Acuerdo de Ginebra, mantiene Venezuela. La patriótica actuación de la Armada de iniciar, de nuevo, el tradicional patrullaje que siempre ha realizado en nuestra zona económica exclusiva condujo a la detención por el patrullero venezolano "Yekuana" del buque RV Teknik Perdana, contratado por la transnacional Anadarko para realizar labores de exploración petrolera. Esa actuación ratificó en mí la fe, que siempre he tenido, en la Fuerza Armada Nacional. Desde el momento en que se firmó el Acta de San Pedro Alejandrino, entre los presidentes Virgilio Barco y Carlos Andrés Pérez, quedó absolutamente claro que cualquier delimitación territorial venezolana estaba regida por varios principios que se hacían inmodificables por defender de manera intransigente nuestra soberanía: la bilateralidad y la globalidad. Estos principios no sólo son aplicables a la delimitación de las áreas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela, sino a cualquier negociación venezolana, como es la planteada con Guyana. Justamente, entre los recientes actos inamistosos de ese país con Venezuela se encuentra la nota dirigida por la canciller Rodríguez al secretario general Ban Ki-moon en respuesta a nuestra nota del 9 de marzo de 2012. En su nota, la canciller Rodríguez, tiene el descaro de rechazar la tesis venezolana de que "el territorio al oeste del río Esequibo... es objeto de una controversia de soberanía territorial sujeta al Acuerdo de Ginebra... manteniendo que "lo que existe entre Guyana y Venezuela, es una controversia surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Venezuela y Guayana Británica es nulo e írrito. El Laudo Arbitral de 1899...estableció definitivamente la frontera entre Guyana y Venezuela". Esa absurda posición deja absolutamente claro que Guyana no aceptará tratar de "encontrar una solución práctica, pacífica y satisfactoria para las partes" como lo establece el Acuerdo de Ginebra. Hago referencia a tan delicado asunto ya que no logro entender las razones por la cuales el canciller Jaua pudo haber aceptado firmar un comunicado después de la reunión con la canciller Rodríguez en Puerto España en el cual se sostiene, de manera inexplicable, "la satisfacción que sienten por las excelentes relaciones que se han desarrollado entre ambas naciones bajo la presidencia de Nicolás Maduro Moros y Donald Ramotar", reiterando además "que el diálogo y la cooperación son el camino para la solución pacífica de las diferencias entre los Estados" cuando es Guyana la responsable que, después de tantos años, no se haya logrado avanzar en ningún aspecto para encontrar alguna solución a lo planteado en el Acuerdo de Ginebra. Para colmo, en dicho comunicado se establece "explorar mecanismos en el marco del derecho internacional para abordar el tema de la delimitación marítima" a través de un equipo técnico en los próximos cuatro meses, sin entender que es imposible para Venezuela iniciar una negociación de las áreas marinas y submarinas sin que antes Guyana haya aceptado encontrar una solución "práctica, pacífica y satisfactoria para las partes" como lo establece el Acuerdo de Ginebra, ya que dicha zona en reclamación tiene una amplia costa de 270 kilómetros sobre el Océano Atlántico que produce una enorme proyección marítima. De allí la importancia del principio de la globalidad. Mientras no se resuelva el problema terrestre no es posible delimitar las áreas marinas y submarinas. La única actuación posible de Venezuela, mientras Guyana no acepte negociar una real solución del diferendo, es mantener su permanente patrullaje en la fachada Atlántica venezolana, como lo ha hecho durante estos 50 años, deteniendo todo barco que intente realizar alguna labor en dicha área. La Fuerza Armada Nacional tiene constitucionalmente la obligación de "garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico". Siempre, nuestra Institución Armada ha cumplido cabalmente esa obligación. Recuerden Los Monjes, la hipótesis de Caraballeda y la crisis de la corbeta Caldas. Cumplan con su obligación histórica: respeten y hagan respetar la Constitución Nacional y no decepcionen a nuestro pueblo. fochoaantich@gmail.com
FOchoaAntich
Aprovechándose de la debilidad de un régimen ilegitimo el gobierno de Guyana esta haciendo concesiones unilaterales en la zona venezolana esequiba, llegando al extremo de tratar como propia la fachada Atlántica venezolana. Con estas acciones Guyana rompió con los acuerdos firmados por ambos países en Ginebra. Este tipo de agresiones deben considerarse como un acto de guerra ya que lesiona nuestros intereses territoriales y por ende nuestra soberanía. Tales hechos ameritan una respuesta contundente sin descartar las acciones militares. La FAN tiene la palabra. Cnel. (Ej) Rubén Darío Bustillos Rávago. rdbustillos@gmail.com @rdbustillos
Reclamar a Guyana
Por: JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ | EL UNIVERSAL
Nos corresponde como venezolanos comprometidos con la integridad de la República, la soberanía, los títulos y derechos jurídicos, históricos y morales de Venezuela, basados en el artículo 1 de la Constitución, que define los derechos de la nación, y en el artículo 130, que impone el sagrado deber de honrarla y defenderla –olvidado por algunos–, reclamar al gobierno de Guyana por sus actos que atentan contra nuestros derechos irrenunciables en el territorio Esequibo. El gobierno de Guyana ejecuta de manera ilegítima, desconociendo el estatus del territorio en reclamación, diversas acciones, políticas, planes y proyectos estratégicos en materia de petróleo, oro, uranio, bauxita, madera, recursos naturales y ambiente. La expresión de sus funcionarios es pública y notoria, al señalar que se: "alienta plenamente las inversiones mineras extranjeras en el interior de Guyana", "que Guyana está abierta a la inversión por cualquier persona...". (Declaración del primer ministro Samuel Hinds a Leonard Melman). Su gobierno dispone de importantes estudios sobre la existencia de multimillonarios depósitos de oro y otros minerales en el territorio del llamado Escudo Guayanés, y en razón a los mismos, ha celebrado acuerdos con empresas internacionales para la explotación de los recursos y ha otorgado importantes concesiones mineras. Según el "Enhancing National Competitiveness, a National Competitives Strategy For Guyana, 2006": "Hay gran entusiasmo actualmente por una serie de prospectos de oro... También por los prospectos de uranio, derechos y depósitos de bauxita...", entre otros. Informes como el de Lawrence Roulston's, señalan el: "enorme potencial mineral en el país" y que: "será pronto reconocido como un productor de oro de los países emergentes", y agrega que el gobierno de Guyana: "...ha aprendido de años de "experiencia con varios modelos socialistas" y que ahora están totalmente comprometidos con un sistema económico de libre empresa". A los fines de profundizar el desarrollo minero, según declaraciones emanadas de la empresa trasnacional Cinro, el entonces candidato presidencial Donald Ramoutar, manifestó que le daba: "la bienvenida a los inversores extranjeros", aspirando: "fortalecer el sector minero de Guyana, que constituye uno de los pilares sólidos sobre los que descansa la economía nacional". Son múltiples las inversiones: A la empresa GMV Minerals Inc., se le han otorgado los proyectos de Omai, Million Mountain, Tassawini, Aurora y el depósito de Toroparu. Guyana Precious Metals Inc, realiza actividades en las minas de Aremu y Peters, localizadas en la zona en reclamación. Igualmente, en el distrito Mazaruni, opera la empresa Tajiri Resources Corp. En la misma ubicación, la empresa Guyana Frontier Mining Corp. tiene asignados los proyectos: Five Star y Black Banana, y comenzó a adquirir propiedades para la explotación de oro en el año 2007. Estas localidades forman parte del: "mismo paquete estratigráfico que el distrito aurífero El Callao en Venezuela", según indica la empresa. De la misma manera, la empresa Guyana Goldfields, que ha venido operando en el país desde 1996, tiene propiedades: "en el lado oriental de la intrusión por zonas Aurora, en el cinturón de piedra verde Cuyuní del Escudo Guayanés", zona en reclamación, por citar sólo algunos casos. Por otra parte, en materia petrolera, Guyana ha concretado acuerdos que deben preocuparnos en razón de nuestros legítimos intereses como país reclamante. La aprobación por parte del gobierno guyanés de un acuerdo con la empresa petrolera Anadarko para la exploración de aguas profundas del denominado bloque: "Roraima", que comprende una amplísima extensión, incluido el territorio marino de la zona en reclamación y parte en aguas del Delta del Orinoco, es un acto muy grave que no puede ser ignorado por Venezuela. Al existir, como es el caso, una disputa territorial y no establecida la delimitación definitiva entre los países en litigio, mal puede el gobierno guyanés realizar actos de disposición y ejercer plena soberanía como pretende hacerlo. Mientras estos y otros hechos se producen, la efectividad de nuestros derechos aguarda la eficacia de: "los buenos oficios", las evidencias de "la fraternidad", la demostración de buena fe hacia Venezuela. El derecho al desarrollo de Guyana, la integración latinoamericana, la existencia de buenas relaciones bilaterales, no puede construirse sobre bases que afecten nuestra soberanía nacional, nuestros títulos y derechos, la defensa de nuestro territorio, que fue reivindicado por nuestros más insignes diplomáticos, alcanzado destacados logros nuestra anterior política internacional, lo cual compromete el honor patrio. La codicia de ayer transformada en despojo, obliga a que no perdamos, por ignorancia o por olvido, por debilidad e inconsecuencia, por extravíos del deber y de la historia, los derechos sagrados de Venezuela en el territorio Esequibo. @jfd599 jfd599@gmail.com
Es un hecho innegable, que en la FAN llegó el momento de abordar el vehículo adecuado. Sus efectivos deben montarse en el transporte, de cara hacia el futuro donde prevalezca la realidad y conveniencia de la Nación. Muchos ya ven los escenarios que dibujan sus superiores en conciliábulos políticos y militares en Cuba o en las áreas adyacentes al Círculo Militar de Caracas; como inconvenientes, tenebrosos y desastrosos. Dichos eventos son contrarios al interés nacional y esto causa mucho nerviosismo en algunos jerarcas, que orientan a que se tejan diversas conjeturas, para la “sustitución” del “ilegitimo”. Coronel® (FAV) Sammy Landaeta Millán
FIDEL CASTRO EN VENEZUELA
Por: Aníbal Romero
Evaluada en perspectiva, la victoria de Fidel Castro sobre la libertad y la democracia venezolanas es total. Durante los años sesenta del pasado siglo, gobernando entonces Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, Castro experimentó en Venezuela una derrota estratégica clave. Cabe recordar la fuerza que tuvo la ola expansionista de la Revolución cubana en buena parte del hemisferio, los movimientos políticos y guerrilleros que suscitó, así como la importancia de la resistencia encabezada por la naciente democracia venezolana y sus líderes. Castro jamás olvidó esa derrota ni perdonó a los venezolanos la afrenta que le infligimos. Con indudable sentido estratégico, muy consciente del peso e influencia de Venezuela en la región, mantuvo vivas sus esperanzas que un día llegaría la hora del desquite y sería capaz de aprovecharla. Pero seguramente Castro no alcanzó imaginar que un militar venezolano, formado en el ambiente de la izquierda irredenta que nunca asumió los valores que se impusieron luego de la derrota de las guerrillas marxistas, le otorgaría la oportunidad de vengarse, entregándole el país en bandeja de plata
Hoy, la Cuba castrista controla de los "nervios del gobierno" en Venezuela, y ha colocado a la cabeza del Estado a un hombre absolutamente leal a los designios de La Habana. Nicolás Maduro es incapaz de distinguir entre los intereses de Venezuela y los de Cuba, y en tal sentido prosigue la ruta abierta por Hugo Chávez, una ruta caracterizada por la plena sumisión a un poder extranjero, disfrazada tras la fachada de la solidaridad ideológica. A mi modo de ver, Venezuela se ha convertido en una nación de esclavos. Desde luego, no andamos por allí como Espartaco bajo los romanos, encadenados de pies y manos, pero sí lo estamos en el alma aunque no siempre nos percatemos de ello. En lo interno los venezolanos nos hallamos sujetos al capricho y arbitrariedad de quienes nos gobiernan, y ellos nos hacen sentir su poder, colocado por encima de toda ley, cuando y como lo desean. En lo externo las decisiones fundamentales acerca del destino del país se toman en Cuba, no en nuestra tierra. Se trata de una situación de esclavitud "postmoderna", si se quiere, pero esclavitud al fin. Tradicionalmente los esclavos han tenido tres opciones: 1) Resignarse a su condición, camino que en ocasiones conduce a la abierta colaboración con quienes les oprimen. 2) Escapar, cosa que ya han hecho y siguen haciendo centenares de miles de venezolanos, buscando la libertad fuera del país. 3) Rebelarse contra sus amos. Lo sorprendente del caso venezolano actual es que esta última opción, rebelarse, ha sido aparentemente desechada por la dirigencia opositora. No se resigna, considera que tampoco colabora, y no escapa. Sigue presente, pero no se rebela; pretende que quienes esclavizan el país admitirán doblegarse mediante los instrumentos por ellos mismos creados, precisamente para perpetuarse en el poder. Es algo que resulta realmente extraño; a decir verdad paradójico, bizarro y casi increíble. Los venezolanos hemos optado por evadir nuestra condición de esclavos, y la dirigencia opositora procura minimizar la realidad del dominio cubano. Nos convocan a marchar contra la corrupción y a votar, pero no a protestar contra la humillación en que vivimos. Nos dicen que "al pueblo no le interesa Cuba, sino el estómago", y uno piensa en Bolívar, y cuesta imaginarle actuando de ese modo en 1812, o en 1814. Resta la pregunta: Y si ello fuese cierto, si de hecho piensa así nuestro pueblo, ¿acaso merecemos ser libres?
Sospechan algunos funcionarios que el debate planteado sobre la corrupción es una sugerencia cubana a Maduro para que salgan a relucir hechos de corrupción de los militares y de la industria petrolera. Por un lado disminuiría Maduro el poder de los uniformados en todos los sectores de la administración pública y por el otro se le abriría la puerta para ponerle la mano a Pdvsa. Tienen a Ramírez en la mira una vez más. ¿Le hicieron sacar al primo asegurador Diego Salazar del país o se lo recomendaron?… Funcionarios de inteligencia militar están en los Estados Unidos averiguando las operaciones de Citgo y Barivén… Nelson Bocaranda
Con fondos y asesoría de ALBA van socavando los pilares de la democracia sin en América
Juan José Monsant Aristimuño / Ex embajador venezolano en El Salvador.
El siguiendo la estrategia trazada, Chavez, desde el inicio de su gobierno, convocó un referéndum para una nueva constitución que se realizó el 25 de abril del 99; con el resultado refrendario convocó para el 25 de julio a una nueva elección para elegir a quienes integrarían esa constituyente que, una vez redactado el nuevo texto constitucional, convocar otra elección para su aprobación que, entre sus conceptos más significativos, figuró la sustitución del congreso bicameral por el unicameral, el período presidencial fue elevado de cuatro y cinco años, se introdujo la reelección presidencial continua por un periodo, se creó la figura del Vicepresidente por designación presidencial y se cambió el nombre a Venezuela por el de República Bolivariana de Venezuela. Lo demás vendría después, bajo leyes habilitantes se aprobó la reelección indefinida, se crearon las comunas, las milicias armadas, se le quitaron potestades al Banco Central, se modificaron los circuitos electorales, la estructura del Tribunal Superior de justica y se logró la concentración de las decisiones en el Poder Ejecutivo; finalmente se difuminó la clásica figura de Montesquieu y la Ilustración, fundamento de la democracia, sobre el equilibrio e independencia de los poderes republicanos, a tal punto que la propia Presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Luisa Estela Morales, llegó a afirmar en su momento: “es necesario revisar ese concepto anacrónico de la separación de poderes, en aras de los fines de la revolución”. A partir de los años sesenta la Unión soviética, en su estrategia de contrarrestar el poder de los Estados Unidos y su pretensión de instaurar el sistema comunista a nivel mundial, se volcó en apoyar los movimientos insurgentes latinoamericanos bajo la influencia de la triunfante revolución cubana que, bajo la conducción de Fidel Castro pretendía convertir a la región en “un, dos, tres Viet Nam” como vaticinaba el Che Guevara, antes de caer en Bolivia. De allí surgió la Primera Conferencia Tricontinental realizada en la Habana en enero de 1966, con el fin de coordinar la lucha guerrillera contra las democracias burguesas. Y se fueron al monte, no para liberar, sino para imponer un modelo de vida basado en el marxismo leninismo, estatización de los medios de producción, eliminación de la propiedad privada, sustitución de la democracia por el estatismo, partido único, abolición de la vida espiritual representada en la religión, totalización del pensamiento, y la prevalencia del Estado sobre el individuo. Y fracasaron, en el monte fracasaron. Los sandinistas obtuvieron el poder total, a partir del apoyo moral y material de la comunidad internacional contra la cruenta y vetusta dictadura de los Somoza y, por la ambición despegada de la realidad del Presidente del Congreso Francisco Urcullo Maliaños, quien se encargó del Ejecutivo cuando Somoza huyó al exterior, para luego incumplir el pacto de trasladar el poder a una Junta de Gobierno previamente negociada, representativa de todas las fuerzas involucradas en el derrocamiento de la dictadura. El resto es historia conocida, o material para una narrativa más amplia. Y Allende, traicionó la democracia que lo llevó al poder al intentar imponer por la fuerza y desde el gobierno, la revolución comunista que Fidel le inspiraba y respaldaba. Ya se sabe como terminó, y la tragedia en que sumió a su país. Chavez lo hizo diferente, contrario a su oferta electoral y asesorado por los hermanos Castro, decidió que había que darle tintes de legalidad a su gobierno revolucionario; es decir, destruir desde dentro el sistema democrático: La guerrilla fuera del monte, inserta, mimetizada con el sistema, controlando los poderes, las instituciones, los medios de comunicación, el sistema bancario, financiero, la educación y las fuerzas armadas. Creando uno, dos, tres Viet Nam bajo el manto de la legalidad de sucesivas elecciones, preparadas y controladas con modernos medios automáticos, aportados por empresas de nombres sugerentes de adelantadas tecnologías, que aportaron el rostro y los hardware, mas no el software vital. Todo con la ayuda oportuna de esa arma poderosa llamada petróleo, ante el cual se rendía la comunidad internacional capitalista o no. Así nació la reelección, la difumición de los poderes púbicos, la concentración del poder total en manos del líder ideológico de la revolución marxista, llamada eufemísticamente Socialismo del Siglo XXI, hoy convertida en dictadura vestida de verde olivo controlada desde Cuba y por ésta, aliada de los más connotados criminales internacionales, y con el dudoso título de Estado narcotraficante. Por los momentos los guerrilleros se visten de seda, lucen Rolex, sus damas carteras Vuitton, autos de lujo y tarjetas Platinum plus. Este modelo de guerrilla en el sistema se observa en varios países de la región, incluyendo a Centroamérica que, con fondos y asesoría de ALBA, van socavando los pilares de la democracia sin permitirle consolidarse, conduciendo a la apatía y decepción a sus pueblos, para luego dar el zarpazo final, con elecciones que se eternizan. Se llega, ahora, a la revolución, al comunismo del siglo XXI, por otros medios, menos heroicos pero más efectivos. jjmonsant@gmail.com
Chávez era un experto en magnicidios. Sin embargo, cuando él lo hacía, no había magnicidios para más nadie, porque –a sus ojos- nadie era tan grande como él. Pero en esta pelea a cuchillo oculto que constituye el poschavismo –al punto que hay que hablar de "dirección colectiva de la revolución" para que nadie se moleste- Maduro solo no puede ser el importante, el único tan grande que busquen para eliminarlo y con ello acabar con el país. Eso resulta inaceptable para el otro jefe del Gobierno, que reclama ser tan grande como Nicolás y en nada menos que él. Mucho menos en ilusoria trascendencia patria. Por eso, los asesores cubanos del oficialismo han hecho en estos días un nuevo aporte a la anecdótica política universal, porque cualquier magnicidio que entre nosotros merezca ese nombre tiene que considerar ahora -por respeto- a los dos jefes, no vaya a ser que el otro piense que es menos importante. Ya basta. La noticia que realmente importa, es que con una tasa de 73 asesinatos por cada 100 mil habitantes, Venezuela no solo es ya el segundo país más violento del mundo, sino que, a contracorriente de sus vecinos, es el único de la región que mantiene un aumento sostenido, "a paso de vencedores", en muertes violentas. Eso es lo que debería importarnos, y no que alguien use la muerte como fetiche politiquero para segundas intenciones. Hay que decirles a los asesores cubanos que ya esa estrategia no funciona. @angeloropeza182
Las caídas de los malos gobiernos no suceden por sí solas. No esperemos la implosión que no vendrá. Así ocurrió cuando los abstencionistas regían los destinos opositores. Pensaban que no votar provocaría la anhelada implosión. Pero la inacción no produce resultados. Hoy en día, escandalizados ante tanta estupidez gubernamental, pero paralizados ante la espera de que caigan, los que debemos protestar no lo hacemos y los llamados a implosionar se consolidan. Francisco Gamea Alcaya: @GamezArcaya
Art. 328 DE LA CONSTITUCION NACIONAL: "La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta Constitución y la ley. La FAN está integrada por los componentes Ejército, la Armada, la Aviación y la Guardia Nacional.
NOTA: EN NINGUNA PARTE DE ESTE ARTICULO SE MENCIONA A LAS “MILICIAS NACIONALES BOLIVARIANAS” NI A “LOS GUARDIANES DEL PUEBLO” CON LOS QUE SE QUIERE REEMPLAZAR A LA GN, COMO COMPONENTES INTEGRANTES DE LA FAN, POR LO TANTOS SON INCONSTITUCIONALES Y DEBE SER ACTIVADA SU DENUNCIA HASTA LOGRAR SUS RESPECTIVOS DESMANTELAMIENTO.