El disparatado “socialismo del siglo xxi”
Jueves 14 de agosto de 2014
Por mucho que se empeñen los fracasados “revolucionarios” en defender el “legado de Chávez”, no podrán convencernos de que el “socialismo del siglo xxi” no es un disparate. Desde su comienzo, con la promesa de cambio del capitalismo o como quieran llamar a la “maledicencia” que tratan de enfrentar, todos los pronósticos convergieron en el mismo resultado: “es una doctrina política que fracasó y fracasará, mientras se le quiera implantar siguiendo los avatares del comunismo marxista”. El socialismo, visto como teoría para organizar y dar servicio a la agrupación social, en tanto y en cuanto sirva al colectivo por igual y promueva la necesidad del aporte tanto económico o laboral en todas sus formas o fases, para generar los recursos necesarios para ese servicio, ha sido y es la expresión máxima del deseo comunitario de una sociedad moderna obligada al tracto global del mundo de ese siglo xxi que tanto nombran. De lo contrario, están signando el fracaso y el perverso desbarajuste en que han transformado al país.
Nuestra Constitución, a pesar de sus dislates, que son muchos, en su Exposición de Motivos, define la organización jurídico-política que adopta la Nación venezolana como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, donde el Estado propugna el bienestar de los venezolanos, creando las condiciones necesarias para su desarrollo social y espiritual, y procurando la igualdad de oportunidades para que todos los ciudadanos puedan desarrollar libremente su personalidad, dirigir su destino, disfrutar de los derechos humanos y buscar su felicidad. Es decir, los principios de la solidaridad social y del bien común conducen al establecimiento de ese Estado social, sometido al imperio de la Constitución y de la ley, convirtiéndolo, entonces, en un Estado de Derecho, conjugado en Estado social de Derecho que se nutre de la voluntad de los ciudadanos, expresada libremente por los medios de participación política y social para conformar el Estado democrático; es decir, Estado social y democrático de Derecho comprometido con el progreso integral que los venezolanos aspiran, con el desarrollo humano que permita una calidad de vida digna, aspectos que configuran el concepto de Estado de Justicia. En el Estado "socialista", que absurdamente sugiere la teoría del "difunto", entramos en contradicción con la Constitución. Por eso decimos que es un disparate.
Decimos disparate, porque después de esbozar una aparente beldad como remedio político para el cambio social, después de dilapidar ingentes e inimaginables recursos, hoy los líderes máximos del discurso socialista, los promotores y los decoradores de la panacea, ante la ruina del proceso, el diputado Faría expresa que "no podemos decir que hay un modelo socialista, estamos afrontando problemas económicos como la inflación...", pero sigue insistiendo en la absurda "guerra económica", y mantienen vigentes los controles de cambio, de precios, de comunicación, de transporte, del combustible, incrementando las oportunidades para la corrupción. Pareciera, que el mito y su remembranza se negaran a desaparecer de la mente de los que ayudaron al difunto a hacer florecer la esperanza con base a un iluso ideario, que perturbó el politicismo desventurado de quienes hoy, como un hálito de esa ilusión, suspiran por una llamada "marea socialista" o "espacio dentro del PSUV del chavismo crítico", que conjugan con las corrientes: revolucionaria Bolívar y Zamora; la corriente marxista; la corriente clase media socialista; la corriente guevarista; el MBR 200 y otras, que conforman "la revolución dentro de la revolución". Algo así como decir: "un piar nuevo del pajarito".
@Enriqueprietos