18 oct 2014

¡Paramilitares!

¡Paramilitares!

Enrique Prieto Silva

Viernes 17 de octubre de 2014

En 1999 decíamos, que la guerra en Colombia se debatía entre tres actores principales, la guerrilla, los paramilitares y la fuerza pública. El primero contra los dos últimos y el último contra los dos primeros. Entonces surgió la expectativa de paz con el inicio de las conversaciones en el poblado de Puerto Rico, distante una hora por carretera de San Vicente del Caguán. Los paramilitares hicieron circular panfletos y pintaron en las paredes consigas amenazadoras, entre otras, la que indicaba que: “Nuestros frentes de guerra llegarán muy pronto a combatir a la guerrilla. A partir de ahora las cosas tienen que cambiar”. En ese sentido notificaron públicamente sus pretensiones de combatir, para recuperar el territorio desmilitarizado. En realidad, fue una concesión “patriotera” desesperada del gobierno del hermano país, que creyó en la buena voluntad de los movimientos paramilitares de ayudar a la paz del hermano país.

Sucedió, que el diálogo fue suspendido pocos días después, con el argumento de que Pastrana no tenía una verdadera voluntad de combatir a los paramilitares y ante esta sorpresiva decisión de las FARC, el presidente Pastrana prorrogó la desmilitarización de la zona hasta el 7 de mayo con el fin de salvar la continuidad de las conversaciones y como consecuencia de ello, ordenó el 9 de abril, el retiro de dos generales del Ejército, que las FARC acusaban de tener vínculos con los paramilitares.

A colación esta referencia, tratando de hacer un símil con los colectivos creados por el difunto, como una salida, que creyó hábil, para enfrentar a una posible subversión militar, que no era de su afecto desde que en 1992 dio al traste con su intento fracasado de golpe de Estado.

Pero no fue solo este mamotreto militarista o paramilitar la creatura del desmadre, sino que ayudado por sablistas del poder judicial, incluyeron inconstitucionalmente en la FAN un verdadero cuerpo de paramilitares, que llamaron “milicia”, que ha venido a suplantar a nuestro Ejército “forjador de libertades”, apoyados con la malignidad de unos mandos militares serviles. Pareciera, que los “para” y los “contra” no encontraran asiento firme después que el PSUV desmadró a sus fervientes seguidores, defendiendo a unos pocos que siguen creyendo en la “revolución”; y como hemos visto, han sido capaces de enfrentar, amenazar y declararle la guerra al gobierno, que no encuentra que hacer, viendo como sus “hijos” o “para-rojos”, como los cuervos, los amenazan con sacarles los ojos.

El tema del paramilitarismo no es nuevo ni contradictorio, toda vez que la doctrina se ha encargado de mantenerlo en relevancia desde que se incluyó en la normativa de las leyes de la guerra el concepto de "beligerancia", que es el que da la opción de considerar a algunos cuerpos u organizaciones, como sujetos de derecho para serles aplicada la norma preferencial, si así pudiéramos considerarlo, de serles aplicado el derecho de guerra o justicia militar y no el del bandolerismo, o el del terrorismo que ha surgido en los últimos años. Fue ésta la intención perseguido por el difunto ex-presidente, cuando en plena Asamblea Nacional, quiso darle este calificativo a las FARC.

El término paramilitar o paramilitarismo, se refiere a aquellas organizaciones que asumen una estructura y disciplina similar a la de los ejército o fuerzas armadas, pero que no forman parte de manera formal de las fuerzas armadas o militares de un Estado. Estas organizaciones pueden servir a intereses del Estado, o a grupos de poder en él enquistados, y obviamente están fuera de la ley. En estas organizaciones generalmente se integran miembros o fuerzas policiales y militares, que son los que conocemos como mercenarios, que pueden integrar escuadrones de asalto o grupos de seguridad privados. Generalmente tienen un carácter de tropa irregular por lo que al combatir, no obedecen las convenciones nacionales e internacionales para el ejercicio de la guerra, lo cual les permite excesos de violencia que serían inadmisibles en las fuerzas del Estado.

En lo práctica y real, el término paramilitar varía dependiendo del contexto en que se presente, por ejemplo en el caso del conflicto en Irlanda del Norte, el término paramilitar se refiere a cualquier grupo armado, mientras que en el contexto del conflicto armado en Colombia, solo se consideran paramilitares a los grupos armados denominados Autodefensas, siendo el más conocido las Autodefensas Unidas de Colombia (especie de confederación que reunió a varios grupos paramilitares bajo el mando del desaparecido Carlos Castaño). Estos grupos se organizaron a partir de los años 70', con el fin de combatir a los grupos armados de extrema izquierda (guerrillas colombianas).

A diferencia de Colombia, que a pesar de su sufrimiento en una guerra centenaria, no ha tenido dislates producto de mentes torcidas como la del difunto, en nuestra Venezuela, con lamentable dolor, tenemos que reconocer que hoy vivimos la maldición del “mesías tardo”, que llamó "revolución" a una estúpida visión infantil soñada mientras vendía “arañas” en su terruño, avalada por personajes que dijeron llamarse intelectuales, pero que nunca fueron capaces de hacer un ejercicio mental del porvenir, que crearía una fantasía ignara. Crearon grupos paramilitares desbordados y descarriados, que sin guía ni doctrina, les asignaron la misión de defender la revolución; y, junto al cuerpo que dieron legalidad en la LOFAN, que es inconstitucional, crearon la "milicia", que no deja de ser también un grupo paramilitar.

Pero lo más triste del mando "revolucionario", es creer, que son los “para” y los “contra” de Colombia guiados por Uribe, los que los sacarán del poder. En su desbarajuste olvidan que los cazadores cubanos no atacan ni a una liebre, y que ¡los cuervos que criaron, ya crecieron! y pareciera que quieren sacarles los ojos.

eprieto@cantv.net

@Enriqueprietos