Enrique Prieto Silva
Jueves 13 de diciembre de 2012
Venezuela atraviesa uno de los mas graves
cataclismos políticos de su historia. Se veía venir la paranoia desde que el
intelecto de la patria depositó en una sola persona, su reencarnación procera;
no solo en su pensar político, sino que aglutinó en una sola idea la historia y
el devenir de ella, dejando en la mente del Tcnel Hugo Chávez, el pensar y el
quehacer, desde que por su fermento “revolucionario” aupado por un fracasado y
decadente intento de golpe de Estado, se aglutinó en él todo el fervor
ideológico, subordinando el intelecto en una desidiosa caterva de ignorancia,
cuyo fruto, después de 14 años solo ha demostrado retroceso y pobreza
mental.
Parecieran actos de idolatría medioeval, cuando venezolanos elegidos por
el pueblo para su representación protagónica en la Asamblea Nacional y en los
altos poderes públicos, ante la cámara obligada de la Tv, nos atosigan de odio
compasivo, tratando de transformar una realidad vital, en una decadente y
melodramática escena bíblica, que deja ver a las claras el sentir de una boba idolatría melodiosa y
estúpida. Algo así, como el devenir de una cadente agonía, imposible de mantener
en el tiempo. Ese tiempo bíblico, que en el enunciado de Dios es perfecto y nos
hace recordar que nada en la tierra es eterno, mucho menos cuando el humano
quiere enojarlo caricaturizándolo con bobadas mesiánicas. ¡Triste espectáculo el
que vimos en la AN, cuando mujeres que debieran estar formando familias para la
paz y la concordia, solo tienen en su mente la idolatría de un hombre que ni
siquiera familia presenta ante Dios!. Dejando ver, acompasadas por hombres que
asoman la mentecatez cerebral, la verborrea lacerante y venenosa, contra quienes
mantenemos el solo y firme propósito de evitar que el país llegue al precipicio.
Es triste y peligroso, cuando el miedo es quien piensa en mentes menguadas, ya
que la historia nos dice, que “cuando la cobardía se une a la fuerza, solo queda
la destrucción ante el fracaso”. Ojalá que Dios no permita que se cumplan el
“patria socialista o muerte”, y en Él
confiamos.
Como
humanos, no podemos regocijarnos por los martirios del Presidente, aunque en la
mente de sus seguidores exista la duda y la menguada creencia que ello nos
contenta. No podemos esperar menos de quienes han sido capaces de convencer a
Chávez, que es necesario destruir a la Oposición, como fórmula para lograr
implantar el esquelético “socialismo”; pero lamentablemente, solo son defensores
de una ideología aun sin convencer, imaginada por su ductor, a quien sin
recogimiento llaman “el corazón de la patria”, sin percatarse del daño que han
hecho al nacionalismo y a mas de la mitad de la población, que sin recato llaman
antipatriotas. Olvidan que para nosotros “la patria es primero” y nuestra patria
es Venezuela, con o sin imperialismos, pero autónoma e independiente. Venezuela
parió a Bolívar, El Libertador y con su recuerdo y fortaleza lucharemos contra
el cáncer instaurado por un gobernante y sus seguidores, que no acaban de
entender, que solo con deseos y loas a un personaje, nunca dejaremos de ser
tontos subdesarrollados, dependientes de arcaicos gobernantes que han dicho ser
los promotores y elegidos de “la gran
revolución”.