La Promoción de Oficiales Batalla de Mosquitero, de la Guardia Nacional de Venezuela, con motivo de sus 50 años de graduados, expresan su agradecimiento:
A Venezuela.
Patria enaltecida por todos los integrantes de la Promoción de Oficiales “Batalla de Mosquitero” de la Guardia Nacional de Venezuela, quienes desde el ayer temprano de nuestra juventud, hasta los días de estos años recubiertos por la pátina del tiempo, los que llevamos con dignidad y decoro. ¡Patria! a ti siempre te rendimos inquebrantable culto.
A la Guardia Nacional de Venezuela.
Aquerenciados en su seno, al alero de sus rígidas paredes, en la que depositamos tantos anhelos e ilusiones, a ella le entregamos con pundonor y respeto tantos años de nuestra existencia, en la distancia de la situación actual, la del Retiro Militar, la sentimos tan cerca como en el ayer distante.
A nuestros Maestros.
Aquellos oficiales y profesores, quienes durante el proceso de formación académica y a lo largo de los años de servicio activo, fortalecieron en nuestro espíritu y alma el verdadero sentido de Patria, improntas que perdurarán en nuestra existencia.
A nuestros compañeros de las otras Fuerzas.
De la Escuela Militar, Promoción de Oficiales, General Jose Tadeo Monagas; de la Escuela Naval , Promoción Generalísimo " Francisco de Miranda"; de la Escuela de Aviación Militar, Promoción de Oficiales, Subteniente (F) Gustavo Perez Ojeda; hermanados luego en el rigor de las duras jornadas por los senderos de Venezuela, por tierra, mares y cielos , durante tantos años.
A los Superiores y Subalternos.
Quienes nos formaron en ese andar y aplicar el ejercicio de la autoridad, con moral, recibiendo las invalorables enseñanzas de aquellos, arbotante para convertir en ejemplo lo que deberíamos traducir en virtudes y ejemplo, para quienes nos seguían tan de cerca.
A los compañeros de Promoción.
Quienes acudieron al llamado del Señor, dejando detrás de si perdurables recuerdos y la dignidad y decoro al haber dado lustre al gentilicio militar venezolano. Mañana y siempre permanecerán en nuestros recuerdos.
A nuestra familia.
Padres, esposas, hijos, hermanos y todos aquellos familiares, razón y espíritu en nuestras indoblegables luchas, los que tanto sacrificaron por hacer de nuestras horas de arduo trabajo más comprensible, aliento necesario ante las contingencias que afrontábamos, también cálido soporte para el disfrute de aquellos momentos en los cuales la vida nos deparaba tantas satisfacciones.
A nuestros amigos.
Aquellos que hacíamos al paso de pueblos y ciudades donde rendíamos la fecunda labor de conducir los destinos de las unidades operativas a nuestro mando, manos generosas y desprendida amistad que nos prodigaron en ese incansable peregrinar por los recónditos senderos de Venezuela.
A Dios, Nuestro Señor.
Divina presencia del Ser Supremo quien siempre fue el guía que cartaboneo nuestros pasos en ese andar y desandar por los caminos signados por la Institución, la que honramos, enaltecimos y dignificamos con nuestras ejecutorias, y con ello a la Venezuela donde nacimos y nos desarrollamos, a nuestros maravillosos maestros, a la familia infinitamente agradecidos por su inquebrantable compañía, a aquellos amigos tan cercanos de nuestros afectos, y sobre todo a ti Nuestro Señor ¡Gracias ¡ por hacernos hombres de bien, por todo lo que hemos sido, por lo que somos y por darnos el sublime aliento de vida por el tiempo con el que nos privilegies. ¡GRACIAS SEÑOR!