El Esequibo y la Armada
29 DE JUNIO 2014 - 12:01 AM CET
La remoción del comisionado especial para Guyana, vicealmirante (r) Elías Daniels, ocurre en medio de circunstancias que admitirían toda suerte de especulaciones. Al fin y al cabo, vivimos días de pleitos y purgas en el oficialismo. Tal remoción amerita ser comentada por lo que pueda significar para la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo.
En el contexto de destrucción de nuestra diplomacia profesional, la Unidad Especial de Guyana, que hasta la semana pasada dirigió el vicealmirante (r) Daniels, ha sido por casi dos décadas una instancia gubernamental de asesoramiento e investigación sobre la reclamación venezolana. Esto no niega ni disminuye la gravedad de la sucesión de posiciones y silencios del gobierno ante acciones y declaraciones de altos funcionarios guyaneses.
Entre 2004 y 2007 se produjo el abandono de líneas fundamentales de la política exterior de Estado hacia Guyana, con lo que se restó fuerza y se debilitó la legitimidad del reclamo. Esto alentó posiciones cada vez más atrevidas desde Georgetown.
Ha sido el caso de las concesiones en la zona en reclamación y su proyección marítima; la solicitud, que afecta derechos venezolanos, de incremento del mar territorial ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU, mientras se producía el otorgamiento de derechos de explotación petrolera sobre la fachada atlántica del Delta del Orinoco.
Paralelamente, en varias ocasiones el gobierno guyanés desmereció y desconoció expresamente el reclamo de Venezuela sin que se produjera la necesaria respuesta contundente.
Miremos el asunto desde otro ángulo. Es ya bien conocido que el régimen castrista, cercano a la República Cooperativa de Guyana desde los años de la Guerra Fría, la apoyó tempranamente frente a la reclamación venezolana. A ello se suma que precisamente en 2004, cuando el gobierno de Hugo Chávez procuraba salir a salvo de la crisis política que condujo al referéndum revocatorio, arreció con una estrategia internacional de construir alianzas, en las que Cuba y el Caribe anglófono fueron fundamentales. Y no solo de petróleo se alimentó el acercamiento.
Tampoco es obra del azar que el año pasado un atribulado Nicolás Maduro desempolvara públicamente los argumentos con los que en 2007 Chávez pretendió debilitar el reclamo de Venezuela. A comienzos de octubre de 2013, pocos días después de las palabras de Maduro en Georgetown, la Armada Bolivariana, por propia iniciativa, capturó el buque petrolero Teknik Perdana en aguas territoriales venezolanas, en clara y contundente reafirmación de soberanía.
La remoción del jefe de la Unidad Especial de Guyana, se dice que a petición de la Armada, puede traer consigo el definitivo silenciamiento de la reclamación. Pero también podría significar un retorno a la política de Estado frente a Guyana. Todo depende de cuánto se estén cuarteando y moviendo las alianzas internas y externas que el gobierno necesita.