12 feb 2015

CENCOEX Ciudadano Economista ROCCO ALBISINNI SERRANO

Ciudadano Economista ROCCO ALBISINNI SERRANO, presidente de CENCOEX, ahora la carta que llegó es para usted

Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández

PREVIO

Un cordial saludo.

Está claro que apenas usted se está ocupando de los asuntos correspondientes a su cargo, pero es imposible dejar para más tarde plantearle un grave problema que afecta a un número de venezolanos residentes, desde hace muchos años, en el exterior.

Estos compatriotas, Economista Albisinni, están sufriendo penurias y casi una violación a sus Derechos Humanos por causa del retardo para aprobar la remisión de divisas correspondientes a la pensión que corresponde a cada una de esas personas de la Tercera Edad.

Es necesario hacer de su conocimiento que con el anterior órgano denominado CADIVI no existía tal retardo y si ello sucedía no se excedía más de un mes, pero desde el momento de la transformación a CENCOEX el retardo puede tomar hasta CINCO o SEIS MESES, por causas imputables sólo a ese órgano controlador de divisas ya que los pensionados siempre han hecho sus solicitudes apegados a la Providencia 19 que rige la materia, anexando los documentos que en ella se exigen pero, desde que su antecesor ocupó la presidencia de ese órgano todo se trastocó, dejando la impresión de que son los funcionarios subalternos los que deciden exigir documentos antes no incluidos y sin que el CENCOEX haya notificado con antelación nuevas exigencias.

Ciudadano Economista Albisinni, existen pensionados de la Fuerza Armada Nacional QUE NO RECIBEN SU PENSIÓN DESDE EL PASADO MES DE ENERO DE 2014, algunos porque inesperadamente le solicitaron “Movimiento Migratorio”, el cual nunca antes fue solicitado ni está contemplado en la Providencia respectiva, en su lugar si se exige fotocopia del pasaporte pero NO EL MOVIMIENTO MIGRATORIO.

También se ha dado el caso, ciudadano Albisinni, de que se le ha negado la remisión de divisas por concepto de pensión a alguno de esos pensionados porque “…éste órgano controlador de divisas detectó su presencia en el país…”: la pregunta obligada es: ¿el CENCOEX también cumple funciones de extranjería y además tiene la atribución de prohibir la visita al país por parte de los venezolanos pensionados que residen en el exterior?, ¡pero es que allí no termina el asunto!, algunos funcionarios subalternos se atreven a desconocer los documentos avalados por nuestras Embajadas y Consulados, ¿no cree usted que eso es tomarse atribuciones que no le corresponden e inclusive abuso de poder?

Una muestra del maltrato que reciben nuestros compatriotas por parte del CENCOEX es la carta que a continuación transcribo textualmente, con plena identificación del remitente, no sin antes decirle que esa misma carta fue remitida a su despacho y hasta la fecha de este escrito no ha obtenido respuesta.

CARTA DE UN VENEZOLANO, MILITAR PROFESIONAL EN SITUACIÓN DE RETIRO, RESIDENTE EN EL EXTERIOR

Atlanta, Georgia, EE.UU., 02 de febrero de 2015

Sr. Econ. Rocco Albisinni

PRESIDENTE CENCOEX

Caracas. Venezuela.

Estimado Sr. Rocco Albisinni:

Reciba usted un cordial y respetuoso saludo --acompañado de mis disculpas por molestarlo—en ocasión de plantearle a usted directamente, una situación de carácter personal pero que va acompañada de un sentimiento y clamor colectivo proveniente de más de 300 FAMILIAS MILITARES residenciadas fuera de Venezuela quienes, al igual que yo, están pasando hambre y sufriendo las consecuencias negativas y legales por incumplimiento en pagos de vivienda y servicios públicos y la imposibilidad de solventar los típicos problemas de salud por ser personas del grupo social de la “3ra. Edad”; todos resultantes de una larga e interminable espera –de más de 6 meses al presente-- por los llamados códigos AAD y ALD que deben ser emitidos por CENCOEX en coordinación con el Banco Central de Venezuela, para que los bancos venezolanos puedan realizar las transferencias internacionales de las divisas autorizadas, y legalmente justificadas por nuestras pensiones como miembros de las Fuerzas Armadas Bolivarianas.

Señor Albisinni, así como usted hoy cumple una valiosa, delicada e importantísima función administrativa para nuestro país, Venezuela, también yo cumplí las mías fiel y cabalmente cuando porté el glorioso y honroso uniforme militar, y lo hice contribuyendo a la honra y respeto de mi país y por la obligación moral y legal con mis conciudadanos: aquéllos que me precedieron y los jóvenes que venían detrás de mí. En consecuencia, cuando tuve que actuar y debí actuar para el beneficio y el bien común de mis compañeros de armas y de los ciudadanos Venezolanos, lo hice con seguridad, prontitud y eficacia como era mi obligación y me lo exigió mi cargo y las responsabilidades del mismo. Estoy seguro que usted comparte esos valores y principios –tanto personal como profesionalmente—porque usted, como yo, también es un Venezolano respetuoso del bien común de sus conciudadanos, máxime si éstos pertenecen al grupo social de la “3ra. Edad”. No tengo dudas de que usted también aspira a ser un respetuoso y saludable miembro de este grupo social. Que Dios se lo permita con una larga vida.

Señor Albisinni, no le molesto para pedirle algo que yo no merezca o sea ilegal, ni mucho menos que no esté contemplado dentro de las atribuciones y funciones de su actual alto cargo administrativo. Tampoco le molesto por algo superfluo o injustificado, ni para solicitarle un favor o una dádiva. Le molesto sí, para informarle que soy uno más de los numerosos honorables Militares Venezolanos, miembros de la “Reserva Activa” nacional y residenciados en el exterior, que se encuentra injustificada e inmerecidamente pasando hambre y necesidades por un excesivo retardo --superior a los 6 meses de espera-- de las divisas correspondientes a mi merecida pensión. Tengo derecho a una adecuada y merecida calidad de vida, producto y resultado de mi esfuerzo, dedicación y rendimiento profesional en la Fuerza Armada Bolivariana. Hay momentos de dar y hay momentos de recibir: yo di los jóvenes y mejores años de mi vida para el bien de nuestro país, Venezuela, y hoy me corresponde recibir los recursos que honrosa y profesionalmente merezco. Usted está hoy en ese proceso individual y personal. Hoy, a usted le corresponde dar servicios a sus conciudadanos, y en un mañana le corresponderá recibir los beneficios del deber cumplido en el ámbito de sus atribuciones administrativas, además del agradecimiento silencioso y eterno de sus compatriotas. Estoy seguro que usted no querrá pasar por las mismas inmerecidas calamidades y necesidades que yo estoy experimentando --y que más de 300 familias militares, residenciadas en el exterior, también están viviendo.

Adicionalmente, me permito manifestarle que uno se siente injustamente marginado y moralmente maltratado por los actuales servidores públicos de nuestro país, Venezuela, al retardar indefinidamente las pensiones de los honorables militares retirados residenciados en el exterior –algunos de nosotros por más de 15 años y con raíces ya establecidas en otros países (hijos, nietos, bisnietos, etc.) la gran mayoría, casi la totalidad, TENEMOS MÁS DE SEIS (6) MESES ESPERANDO POR LOS DÓLARES JUSTIFICADOS POR NUESTRAS PENSIONES.

Cada una de las solicitudes de dólares de un militar pensionado está total y legalmente justificada, comprobada y respaldada por varios documentos, emitidos tanto por Autoridades Venezolanas (Embajadas y/o Consulados) como por Autoridades Extranjeras del país de residencia –sin obviar la privada e interna revisión de “Movimientos Migratorios” que muy eficientemente controla el SAIME, y la cual certifica que salimos de Venezuela y continuamos fuera de Venezuela. En otras palabras, los honorables militares residenciados en el exterior no estamos mintiendo ni engañando a las Autoridades Venezolanas, ni mucho menos a CENCOEX, no somos “raspa tarjetas” ni falsos viajeros aéreos, ni utilizamos falsas “empresas de maletín” para solicitar dólares. Somos sí, seres humanos que debemos comprar alimentos para nuestro sustento diario; somos sí, personas naturales legalmente responsables por los costos de los servicios públicos relacionados con nuestros hogares; somos sí, ciudadanos venezolanos con derecho a una mínima calidad de vida que hoy por hoy se nos niega injustamente, a pesar de haber servido voluntariamente, fielmente y meritoriamente a nuestro común país, Venezuela. Estoy seguro que usted también se sentiría marginado y moralmente maltratado, si le negasen los merecidos recursos para el sustento y bienestar de usted y su familia.

Señor Albisinni, usted tiene el cargo y la autoridad, pero principalmente tiene una responsabilidad administrativa y funcional con sus compatriotas venezolanos. Usted puede actuar y decidir, o usted puede retransmitir esta información a quien corresponda escuchar el desesperado clamor por respeto humano y justicia, por bienestar social, de más de 300 familias militares residenciadas en el exterior.

En espera de su amable respuesta, me despido de usted.

Atentamente,

TCNEL. (GN) WILLIAM E. CARVAJAL RAMÍREZ

GEORGIA, EE.UU.

EMAIL: williamcarvajalramirez@gmail.com

Febrero, 12 de 2015