Ex presidentes en la picota
Fernando Ochoa Antich.
El injustificado ataque de Nicolás Maduro a los ex presidentes Calderón, Pastrana y Piñera demuestra la intolerancia de su gobierno a cualquier crítica. Atreverse a decir en cadena nacional que: “pueden entrar a Venezuela, pero les debe quedar claro que vienen a apoyar a un grupo de extrema derecha, responsable de atentados terroristas. Debe quedarles claro, que les están dando el aval a unos locos. Si en Venezuela llega a ocurrir un golpe de Estado, ustedes quedarán manchados de sangre por apoyar a estos terroristas. Ustedes, se han conformado en un club de ex presidentes vagos. Ahora les pagan con dinero del narcotráfico para que vengan a apoyar el golpe económico contra Venezuela. Ustedes deben saber que los miembros principales de ese sector de derecha desconocen el gobierno constitucional que yo presido y llaman a mi derrocamiento”; constituye una clara evidencia de su irrespeto a la dignidad humana y un profundo desprecio por las más elementales normas de convivencia.
Los conceptos emitidos en el foro Poder Ciudadano y en la trascendente carta de Oscar Arias, ex presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, deben ser analizados con profundidad por los venezolanos. No son críticas realizadas en medio de la pasión política y mucho menos acciones que buscan desestabilizar el gobierno de Venezuela. Son criterios expuestos por un grupo de ex presidentes latinoamericanos que no sólo cuentan con una gran experiencia personal después de ejercer la jefatura del Estado en cada uno de sus países, sino que son dirigentes claramente comprometidos con la vigencia de la democracia y el Estado de Derecho en nuestros países. La grave crisis nacional que nos acosa empieza a generar particular interés en la América Latina y en el mundo. No es fácil de explicar y mucho menos justificar que en medio de la más grande bonanza petrolera se haya conducido a Venezuela al caos en el cual nos encontramos.
Andrés Pastrana ratificó: “venimos a hablar de democracia, no podemos taparnos los oídos con lo que pasa en Venezuela. El poder ciudadano es esencialmente moral, es la voz del estudiante, de la ama de casa, del taxista, del empleado, del obrero…No vengo a definir cuál debe ser la política interna de Venezuela, la solución la tienen ustedes a través de los mecanismos constitucionales. Ayer, al tratar de visitar a Leopoldo López, nos dimos cuenta de que en Venezuela, existen presos políticos”. Sebastián Piñera mantuvo: “el derecho que tenemos de expresar nuestra lucha por la libertad y los derechos humanos. También vinimos a visitar a Leopoldo López, no lo pudimos ver. Ratificamos que su detención no tiene justificación. Es importante que en una democracia exista respeto por las minorías y la oposición. Los valores de libertad y derechos humanos son universales. La unidad, es la fortaleza de la oposición. Hoy, ha llegado el tiempo de soñar con una Venezuela libre, respetuosa y democrática…”
Felipe Calderón señaló: “en la América Latina se construyen muros que aíslan a los pueblos, como el que actualmente vive el bravo pueblo venezolano. Ustedes sufren porque tienen hambre, porque hay desabastecimiento, por los precios, porque el dinero no les alcanza, porque no encuentran las medicinas. Justamente, con ustedes vine a solidarizarme. No deben rendirse, la libertad viene y está cerca. Adelante Venezuela…” Oscar Arias, en su carta sostuvo que: “estamos frente a una verdadera coyuntura histórica. Nos corresponde a todos colaborar para que ocurra un cambio, y ocurra en forma pacífica. La prioridad no debe ser remover a una persona específica. Ese error se ha cometido en otros países derrocando líderes cuya salida no tuvo el efecto sobre la situación real. Lo que es indispensable es restablecer el Estado de Derecho, y la separación de los poderes. Lo que es indispensable es abandonar la perversa intromisión de las Fuerzas Armadas en la vida civil…”
Las circunstancias venezolanas se ven desde el exterior con mayor objetividad, pero sin percibirse su inmensa gravedad. Los ex presidentes mantienen que el camino debe ser constitucional. Yo también lo creo. La experiencia venezolana nos muestra que las rupturas históricas siempre tienen un gran costo, pero es necesario reconocer que Nicolás Maduro no busca crear las condiciones requeridas para fortalecer una solución constitucional. Su prédica permanente de violencia así lo indica. Dolorosamente, no entiende la gravedad de lo que ocurre: Venezuela está quebrada. El régimen chavista no es capaz de enfrentar esta inmensa crisis. Su ortodoxia comunista en materia económica, el despilfarro, la corrupción y el populismo lo impiden totalmente. Las últimas medidas así lo ratifican. Mantener la tesis de la Guerra Económica y crear unos Estados Mayores regionales, constituidos por civiles y militares, muestra lo equivocado de su percepción. De ampliarse la crisis económica y continuar la escasez estaremos a un paso de un grave enfrentamiento nacional.
Caracas, 1 de febrero de 2015.
@FOchoaAntich.