VENEZUELA, EL TITANIC QUE SE HUNDE
Por: Miguel Aparicio
El Teniente Coronel que intentó el 04 de febrero de 1992, violando la Constitución y el Estado de Derecho de la época, llegar al poder por el uso violento de las armas de guerra con abundante derramamiento de sangre inocente, fracasó como golpista y lo peor, después también fracasó como presidente de la República, ya que ser presidente no es soplar y hacer botellas.
Los venezolanos, unos endiosados, algunos ciegos, otros por interés monetario y la gran mayoría obligados, fuimos todos embarcados en su TITANIC. Sin embargo y como un milagro llegó el día en que el inexperto comandante, antes de marcharse a las tinieblas del no retorno a rendirle cuentas a Dios de su cuestionada y obscura gestión, nos dejó un trasatlántico dividido, lleno de corrupción por doquier y lo que fue peor, capitaneado por un ser de origen desconocido, incapaz e inmaduro, rodeados de focas que le aplauden a rabiar sus ejecutorias que más que estudiadas, parecen salidas de una caja del detergente ACE. Y ese y que “capitán” fue el que nos dejó el “comandante eterno” por mandato de Fidel y Raúl Castro para que condujera su TITANIC ya maltrecho construido en 1992 con sangre, dolor, miseria y muerte.
Por ello si observamos hoy día el escenario político, económico, social y militar de la actual Venezuela nos damos cuenta que tristemente cada quien está en lo suyo; oposición y chavistas sin ninguna diferencia mientras TODOS sin excepción, navegamos en el mismo trasatlántico aunque en diferentes camarotes.
Por cierto y separados, unos, los ENCHUFADOS, van en primera clase. Eso son los BURGUESES CHAVISTAS, los que detentan el poder y el dinero. Luego más abajo pero codo a codo con ellos van otros en segunda clase que son los vivos de la oposición, que hacen negocios con los BURGUESES CHAVISTAS. Luego en los pisos de más abajo, sin vista, sin balcones y durmiendo en camarotes más pequeños, en literas y catres vamos los que viajamos en tercera, cuarta y quinta clase, chavistas y opositores, es decir, el pueblo, sin ninguna distinción y a quien yo llamo “LOS PENDEJOS” como nos pudiera haber clasificado el insigne venezolano Arturo Uslar Pietri.
Además y a nuestro pesar, en la cubierta principal y sin importarle a nadie, sobre todo a los ENCHUFADOS BURGUESES CHAVISTAS, van asoleándose en el trasatlántico llamado Venezuela, los problemas que nos afectan a todos los viajeros por igual, sobre todo a los de las tercera, cuarta y quinta clases. ¿Y Cuáles son ellos? Pues los comunes de toda sociedad y los que ningún gobierno, pero sobre todo este, no le ha prestado ninguna atención ya que lo único que les interesa es el “COMUNISMO” trasnochado y retrógrado de los cubanos y en especial de sus amos Fidel y Raúl Castro.
Por cierto los más notorios son: La inseguridad personal y patrimonial, la corrupción, la impunidad, EL DESABASTECIMIENTO, la falta de servicios públicos, de sanidad, higiene, educación y viviendas dignas. Los bajos sueldos y la inexistencia de empresas que echen el país hacia adelante y absorban la voluminosa masa de desempleados y sobre todo, la pérdida de valores éticos y morales de muchos que por aceptar la dádiva de la limosna disfrazada en una misión, aceptan alcahuetamente que los administradores de la Hacienda Pública Nacional derrochen y despilfarren a manos llenas, lo que le corresponde por igual a todos los venezolanos.
Toda esa indiferencia ciudadana ha hecho que en estos quince años la corrupción sea la regla y no la excepción en el gobierno y que Venezuela que es el trasatlántico en el que todos viajamos, esté en peligro de hundirse en las profundidades del mar de la miseria humana.
Por ello si no reaccionamos a tiempo y cambiamos al “capitán” incapaz de esta nave y a los administradores que hoy usurpan cargos de forma ilegal, ilegítima e inconstitucional, pues lo más seguro que ocurrirá es que este barco se irá a pique, de forma inexorable. Y si el Titanic llamado Venezuela se hunde, pues no habrá camarote que se salve, sea éste de un enchufado chavista o de un “escuálido” opositor.
Así están las cosas en el inmediato horizonte, con un porvenir de tormenta y de desgracia para los que navegamos a la deriva en este pobre TITANIC sentenciado a muerte, donde además una petrochequera ya en bancarota alimenta a decenas de sanguijuelas que como hienas vienen a nuestro país a llevarse parte del saqueo, mientras nuestro “bravo” pueblo, nuestros policías, oficiales, soldados y guardias nacionales ganan sueldos miserables y el hampa acaba con todos y además como en la CUBA COMUNISTA, tenemos que hacer humillantes colas en un supermercado o en un abasto para tratar de conseguir: aceite, pollo, carne, harina pan, café, espaguetis, sardinas, papel toilette o arroz.
Por ello Dios quiera que la bujía de la dignidad vuelva a encender el corazón y el coraje de los jóvenes universitarios que pararon la Reforma Constitucional y que emulando a los de la Batalla de la Victoria del 12 de Febrero de 1814 le devuelvan a la Patria, la dignidad y el honor que ni los líderes políticos ni los hombres de uniforme, hemos sabido rescatar y defender.