La moral y la ética constitucional de Chávez
Enrique Prieto Silva
Jueves, 19 de diciembre de 2013
A propósito de celebrarse en el “Cuartel de la Montaña” los 14 años de vigencia de la Constitución tuvimos la oportunidad de escuchar una vez más al doctor Herman Escarrá, a quien hemos visto últimamente con un discurso apacible y marginado de la diatriba política, donde al varias oportunidades compartimos espacios dentro de la llamada Oposición, inclusive, participamos en una Comisión estructurada en la campaña de las primarias, para elegir al candidato de la Unidad Democrática, que como todos sabemos, salió electo Henrique Capriles con la mayoría de votos.
En esa Comisión, de apoyo constitucional, tuve la oportunidad de presentarle un trabajo para la “Reinstitucionalización de la FAN”, el que mantenemos vigente, con la esperanza de que algún día, más pronto que tarde, podremos re constitucionalizar a nuestra Institución Armada. Pero, desde hace algún tiempo, no sabemos la alineación de nuestro constitucionalista, que sabemos obviamente, le asiste el derecho de participar en el camino o corro político de su preferencia; aunque han sido pocas sus participaciones públicas, donde muy poco es su acercamiento político en la polaridad que vivimos desde hace más de una década.
Al Dr, Escarrá, lo hemos visto andar en diferentes movimientos políticos durante el largo período iniciado en 1998 hasta el presente, cuya mayor acción la vimos en su ejercicio como constituyentista, cercano al movimiento y a la posición ideológica inducida por el candidato y luego presidente Chávez. Siempre activo en la defensa de la Constitución, para la que aportó gran parte de su texto y ha sido crítico ante acciones desviadas de su espíritu asumidas por el expresidente; especialmente cuando éste propuso varias reformas, que evidentemente estuvieron en contra de su espíritu, propósito y razón. Normas que fueron negadas en referéndum del 2-12-07, pero que, mediante poder habilitante dado al expresidente, fueron promulgadas en varias leyes, que estuvieron y están al margen de la Constitución. Evidentemente, son leyes inconstitucionales, avaladas inmoralmente por parte del TSJ, que le dan un valor precario, cuyo cumplimiento es de improcedente obligatoriedad, ya que, en cualquier demanda por incumplimiento, se exigiría el cumplimiento de una ley, cuyo acto sería inconstitucional.
Se le critica al Dr. Escarrá su inestable lenguaje, que sabemos tiene fundamento filosófico, pero que en algunas oportunidades confunde, por cuanto usa palabras con certero significado, que se prestan a la manipulación. Hemos coincidido con él y sabemos de su interés porque todos los actos ejecutivos, jurídicos y administrativos, estén apegados a la ley y a la Constitución. También sabemos de su hábil forma de entender y hacer entender las polémicas, especialmente cuando se refieren a actos que navegan o vagan en lo incomprensible. Así lo vimos en la campaña por la Constituyente en 1998-99 y lo hemos visto como líder de oposición, especialmente en la campaña errática del 2004, cuando se propuso la abstención al proceso electoral para la Asamblea Nacional, que pareciera haber sido el más perjudicial acto errático, que nos condujo al desastre político que vivimos, cuando quedó en manos del “chavismo” el manejo de todos los poderes públicos.
El pasado 15 al conmemorarse los 14 años de vigencia de la Constitución, el Dr. Escarrá destacó “…la labor ética y moral del líder socialista Hugo Chávez durante el proceso constituyente de 1999, que condujo a la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, sosteniendo, “…que el pueblo venezolano junto con su líder constituyente levantó las banderas de la dignidad y, con ello, inició el camino de la refundación del Estado…” “…promoviendo con muchísima fuerza la vía pacífica en el marco del Estado de derecho y el respeto a las libertades fundamentales, es decir, promovía una revolución en libertad…”; conceptos que requieren explicación, por cuanto parecen contradictorios, más aún, cuando dice: “En aquella circunstancia, el dilema de Venezuela era o el camino politológico de la violencia o el camino de la paz”. Mayor confusión aún, cuando expresa: “Ahí está la línea axiológica del pensamiento revolucionario y bolivariano de quien había levantado las banderas constituyentes, pacíficas, revolucionarias y en libertad frente a quienes buscaron, en aquel entonces, la controversia, la división nacional y más grave aún, el llamado a la violencia”. Pareciera que el Dr. Escarrá olvidara el origen del movimiento “revolucionario” y no entendemos cómo puede endilgar a otros “el enfrentamiento y el llamado a la violencia”.
Podemos admitir lo ético y lo moral de Chávez en su propuesta constituyente original, pero no podemos calificar de éticos sus actos violatorios de la Constitución con sus reformas y su gobierno autocrático.