1 nov 2014

Reencuentro Carta a Gerardo Briceño y Janeth de Briceño

Tcnel Alvaro Valera Boscan

13 de septiembre de 2014

Gerardo y Janeth.

Mis queridos hermanos

Un poco difícil para mi decidirme abordarlos asumiendo que su estado de ánimo requiere alternativas diferentes a una manifestación repetitiva de consuelo; sin embargo, no puedo quedarme tranquilo hasta lograr convencerme que llego a ustedes con el mas puro y verdadero sentimiento de solidaridad en el dolor, el mismo que calladamente soporté en su fatal momento.

Mis palabras carecen del usual acatamiento con las que por razones obvias pronunciarían para ustedes algunos de nuestros compañeros, desafortunadamente no conviví vuestros muy merecidos momentos de certera conducción profesional pues los apuros económicos me hicieron desertar antes de tiempo. Seguí muy de cerca vuestros logros y me bendije saberme paisano y entre el grupo de los verdaderos amigos, los que convivimos desde el 1ro. hasta el 4to. año en la EFOFAC.

Es de suponer que el tiempo y los acontecimientos particulares en la vida de cada quien van dejando de lado muchos recuerdos y vivencias, pero ese dia en que el compadre Vassily me llamó para darme la noticia, me dió un vuelco en el corazón y pensé de inmediato en Alvarito (está en Alemania), recordé las lágrimas de mi compadre y pensé profundamente en ustedes...

Mi memoria recorrió los pasos de Gerardo y mios en cada uno de los años de nuestra Escuela, en un bar de El Silencio, en una cola del autobús, de las noches en Artigas, de las cartas llorosa para Tila y la Sra. Mery, para Marisa y Janeth, la Estudiantina, nuestras endebles carpas en Bejarano y Agua Fria y en nuestra pasión por la poesía. Coño, Dios mio, no puede ser... Gerardo y Janeth pasando por esto.. Que tristeza. Que dolor y tristeza compartí con ustedes en el silencio de mi casa...

Mi condición religiosa y la fé que me inspira la presencia de Cristo me hacen abrazarlos para convencerlos cada vez mas de que Dios es Unico y que esa es su forma de administrar nuestra existencia. Sabemos que mas pronto que tarde estaremos de nuevo todos reunidos. Eso promueve en mi la esperanza de una felicidad eterna.

Los dias transcurridos desde esa fecha, de forma pausada han puesto en orden algunos planes previstos con anterioridad. Es de suponer que al momento de la dificultad nuestro pensamiento y acción giró alrededor de lo acontecido, así mismo, en fechas recientes nos estremecieron con fuerza las súbitas partidas de Aniceto, Hernández Aular, Sifontes, Pedro Pablo, la familia de Aldana, Higinio... el dolor nos toca, nos conmueve y nos marca para siempre. Los que vamos quedando nos miramos y sin pronunciar palabra presumimos por el próximo viajero. Asi es la vida y asi mismo la partida.

Al volver en si, recordamos el compromiso contraído en Barquisimeto; para algunos compañeros, improcedente, entre ellos estaba yo, hasta que recuperé el sentido que me reveló la fuerza que ustedes dos le dán a nuestro grupo, lo que queda de nuestra promoción. Muchos años liderando y conduciendo con su ejemplo y férrea voluntad el destino de la Maturín. Ahora es cuando más los necesitamos, cuando más deseamos verlos y tenerlos junto a nosotros para demostrarles nuestro afecto y verdadero sentido de fraternal cariño. Vamos a reunirnos en el pueblo que nos vió nacer, a pararnos sobre las cenizas, tal vez no para celebrar, pero si para compartir tantos sentimientos que se conjugan en nuestra existencia con el trajín de 43 años. Si alejarnos, si dejar de vernos, si disgregarnos ayudara a mitigar las penas, yo sería el primero en disponer del pequeño presupuesto y de los tres dias para gastármelos con otras personas, en otro sitio y con otro ambiente quizás menos difícil; pero aquí no se trata de festejar, la alegría proviene de vernos y abrazarnos una vez mas. Mi sentido de reencuentro es de reunión, de compartir las experiencias que nos va dejando la vida y que nos sirven indistintamente para sonreir o para llorar si viene al caso, pero en comunión familiar.

Gerardo y Janeth, por favor, no desmayen. Prométanse que seguirán con nosotros hasta el final. Su ejemplar formación militar y su fortaleza en el amor como pareja, como padres y abuelos habrá de mantenerse como el Comandante General y la Primera dama de la otrora gloriosa Guardia Nacional.

Con el cariño de siempre.

Alvaro.