La miserable “FANSocialista”
Enrique Prieto Silva
Jueves 18 de diciembre de 2014
Hace 50 años, jamás hubiéramos pensado que pudiera descomponerse una institución, como le ha ocurrido a las Fuerzas Armadas venezolanas, al seguir una desbandada sacrílega de indoctos militares, que habiéndose formado en democracia, a más de revertir la historia patria siguiendo las estupideces de un personaje que jugó su papel teatrero, al extremo que enseñoreado bajo el mito “bolivariano” engatusó a lerdos militares, que se impregnaron de su estupidez. Esa graciosa fronda de intelectuales de pacotilla que se edulcoran con la fascinante voz de “patria, patria, querida” entonada en la enjundia de los “sueños dorados” de la mal bautizada “reserva activa”, que con añoranza solo son capaces de valorar el tiempo vivido en el aura del deber militar.
Venezuela vive el escarnio en que la introdujo el burlesco comandante, quien con una suerte de mago y pordiosero demostró que no hay peor político que el que ha aspirado al manejo de las armas para gobernar. Lamentablemente, el deterioro del militar militarista subyugado por el maniqueísmo monetario, la prebenda y el embotamiento disciplinario, cayó en la falsa que arguye en el estúpido su inconsciencia del rebelde sin causa, que se cree dotado de poder y sabiduría, pero que en realidad no es más que un mediocre ignorante aturdido por el desgano y su debilitado Yo. Más triste aún, que cae en la intolerante argucia de creerse parte de un bando que con las armas siempre es el garante de la paz pública.
Hace tres días se cumplieron quince años de que fuera aprobada la vigente Constitución. Fue el nacimiento de un trágico gobierno, que con el lodo de Vargas, surgió el actual lodo que nos envuelve como país y donde uno a uno fueron pasando los rojizos del “proceso” que nos atribuló y nos atribula. Pero lo más triste es que haya sido la FAN la que haya sufrido lo peor de la tragedia, que no fuera tan grave, si no tuviera que afrontar el escarnio de su responsabilidad de dejarse deglutir por la más rancia pacotilla de los venezolanos. Antes era de orgullo ser miembro de las Fuerzas Armadas, mientras que hoy, cayéndonos a menos, vemos la mediocridad intelectual de los herederos del mando “eterno”, aunque ya la muletilla sabe a miel de basurero.
Creyeron que solo el uniforme, los soles y los laureles, generarían las luces para la “patria nueva”, y sin darse cuenta, por falta de neuronas, atosigaron su pensamiento con pura idolatría; frases torpes e imberbes para lacerar al disidente y en sus hombros cual gualdrapa la adolorida patria sin prosapia. ¿Pero que es hoy la FAN? Da dolor oír a sus descriptores como Maduro y Padrino, que intuyendo su destrucción y desgaste, acudieron al drenaje del intelecto, poniendo el grado militar como panacea para adeptos y creando la amorfa “milicia” para desprestigio. Crearon cargos a granel para solventar la crisis de exceso de plazas, destruyeron los fuertes e instalaciones para el proselitismo político, e inventaron una doctrina surgida de la fracasada y decadente Cuba, cuya independencia aún no se ha consumado. Y en la estética, han gastado miles de millones en “mamotretos” para exaltar al trágico prócer. Todo a sabiendas de que queda poco tiempo de la peste. Pero no hay que tener preocupación, porque, como dicen los escuálidos rojos: ¡La patria sigue! Ya existe el verdadero plan de la patria, que os permitirá lavar los agravios.
Hace doce años, cuando el "11A", dijimos que Venezuela vivía una tragedia en la que todos éramos actores, aunque muchos creían que eran solo espectadores imparciales, con el solo derecho constitucional de sentirla y sufrirla como simples seres humanos, con derechos sin deberes. Se aferraron al sentido del "pueblo en masa", dispuesto al sacrificio por un ideal que desconocían y confundían con el pensamiento mesiánico de un líder emulador del Padre de la Patria, quien solo seguía un libreto extraído de una mala interpretación de la historia. Hoy, enfrentados a las penurias y malignidades, ha aflorado el triste desengaño. Un pueblo convencido del disparate que fue el llamado "chavismo", que nos condujo a la miseria. Pero pareciera que es necesario convencer al general Padrino, que todo fue producto de la estúpida mente de su “comandante eterno”, que no merece otra cosa que el descanso en paz. ¡Vivió, destruyó y perdió!
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