17 dic 2014

Mediocridad y miseria humana Basado en hechos de la vida real

Mediocridad y miseria humana

Basado en hechos de la vida real

Coronel (Ej-Ven) Manuel A Ledezma Hernández

En este desaguisado en el que está sumido el país medran especímenes que sólo están a la caza de oportunidades para sacar provecho de la situación, sin importarles el daño que su oportunismo y desvergüenza puedan ocasionar a esta, ahora, TIERRA DE des-GRACIA” ni a las personas en particular.

Por allí anda saltando ~literalmente cual peuco bailarín de color indefinido~ de reunión en reunión, tomado de la mano de otro congénere de su misma “especie, calidad y deficiencia” pero de un escalón menor, un oficial superior de la GN, en situación de retiro ~aunque no le guste esta legal y vieja denominación de una situación militar~ que de la noche a la mañana se convirtió en un fervoroso admirador y defensor de las desacertadas políticas del gobierno de turno, rechazadas actualmente por una inmensa mayoría de los militantes del partido que figura como su respaldo político.

Estos sujetos en referencia son tan descarados y mediocres que, además de obtener para su propio beneficio recursos en forma fraudulenta, engañosa, se han dado a la tarea de descalificar a otros Oficiales que cuentan ~y así lo han demostrado~ con una muy superior, con mucho, trayectoria profesional y conocimientos de los que vanamente se ufanan esos despreciables sujetos protagonistas de esos hechos de la vida real.

Estos malvivientes osan lanzar, en los lugares donde se presentan, ofensas contra los Oficiales abogados que tuvieron el desprendimiento y el valor de consignar, ante el Tribunal Supremo de Justicia, una demanda al Ministerio de la Defensa por la violación de nuestros derechos y beneficios socioeconómicos, calificándolos como “abogaduchos” y haciéndoles responsables de la absurda sentencia dictada por Luisa Estela Lamuño en aquella oportunidad. Entre esos otros Oficiales está un Capitán de Navío y quien escribe, que si bien no soy abogado ~jamás he dicho que lo sea~ sí me he ocupado de asesorarme y revisar en profundidad las diferentes leyes que nos atañen; pero en lo que a mí me corresponde, esas descalificaciones no me preocupan ni me ofenden porque estoy convencido del adagio: “Ofende quién puede y no quien quiere” y ese par de ‘seudo-humanos sacos de vísceras’ no tienen ese poder.

Lo que sí es realmente preocupante es que a esas reuniones asiste un alto porcentaje de: personas de muy, muy, corta memoria; algunos ignorantes; fanáticos; ciegos voluntarios; crédulos y un no menor número de individuos cuasi mercenarios.

La última actuación de esos farsantes fue recientemente en el Litoral Central. En esa oportunidad estos “raros” especímenes sí se encontraron de frente con un Capitán de Corbeta y otro señor Oficial de la Armada, que supieron darles un “para’o”, como quién dice, y dejarlos en evidencia.

Mi agradecimiento para el señor Capitán de Corbeta y al otro señor Oficial de la Armada, ejemplos a seguir para acabar con las mentiras y descalificaciones a que ya nos estamos acostumbrando.

He recibido recomendaciones de no dar respuesta a esas iniquidades, pero considero que no hacerlo es dar la razón a esos infelices, es dejar el campo libre para que continúen las ofensas y descalificaciones sin límites a las que recurren los cobardes que quieren seguir adheridos, cual sanguijuelas babosas, a lo que queda de nuestro otrora hermoso país.

Lamentablemente, uno de los mayores logros en estos últimos 15 años es hacer salir de la oscuridad y enaltecer a una caterva de mediocres gracias a nuestra pasividad, silencio, indiferencia, miedo y aquello de que: “no me importa, no es conmigo ni es mi problema”.

Algún día se hará justicia, bien sea humana con todas sus deficiencias, o bien sea Divina, quién quiera que sea el Juez en el cual se base la religión que profesemos.

PS

Sus nombres: Martín y Omar.

Los irrespetuosos no merecen respeto, así como el delincuente no merece perdón.