¡El Esequibo es nuestro!
Enrique Prieto Silva
Jueves, 09 de julio de 2015
No es contradicción, sino realidad. A pesar de que ¡Chávez vive! en los corazones de los tontos adoctrinados, ya lo están abandonando sus seguidores esperanzados en su resurrección, cuando ven, que ni con oraciones ni con ruegos, salvan el país que también tiende a morir. Se está cumpliendo el presagio de que sin Chávez no habría chavismo, pero lo más grave es que sus más fervientes seguidores y rezadores de su oráculo, nunca supieron ni entendieron cuál era la ruta ni cuál era el objetivo que éste perseguía. Más que lástima, da tristeza saber, que con su cara de hogaza confundía a todo quien lo tratara, que en su mitómana acción mesiánica, formaba una verdad sin sensatez de cada ocurrencia, transformada en verdad por su séquito, que aun percibiendo la maldad, quedaba envuelto en su entorno, por la fácil y picaresca forma de congraciarse con él, utilizando como dádivas los recursos de todos los venezolanos.
Nunca se imaginaron los chinos, que su máximo soporte ante la expectativa de penetrar el Caribe y los caribeños fuera llamado por nuestro Dios a su séquito a tan temprana hora, dejándolos en la cuneta y al desnudo, aunque gravemente comprometido el ingreso de Venezuela. Y allí, en la usurpación de las aguas de nuestro Atlántico, se han unido a la comparsa de Guyana y Exxson Móbil, aprovechándose de la entrada que le dio el “eterno” para ganarse el voto de los pobres de Venezuela, quienes sin mirar el mendrugo, lo agradecieron al embaucador.
Y nos preguntamos, ¿Qué pasaría si en verdad Chávez viviera?, ¿Cuál será la reacción de los Castro ante la subversión de Maduro? Obviamente, la contradicción entre padre e hijo está creando en nuestro país una incertidumbre holgazana, que mantiene en expectativa la indolente “patria” que forjó el difunto. Y nos preocupa el pensar de los subalternos de la FAN, que en su inocente ignorancia, siguen aupando a quien creen el mentor de la farsa, sin pensar, porque no tienen la madurez para ello, que lo que se avecina no es baile de joropo para usar alpargatas, sino un enfrentamiento posible entre vecinos, que por la tozudez del “comandante eterno”, tiene como enemigos y amigos del enemigo, a todos aquellos que fueron beneficiados con nuestros recursos y hasta con la comida que hoy nos falta, quienes sin descaro nos amenazan como lo hizo el “eterno” con todos los que no conjugamos con sus estupideces. Esas, que como los malos polvos, crearon estos lodos. Podrán decir todo lo que quieran en una guerra de palabras, insultos y blasfemias. Mejor dicho, en una guerra de micrófonos, pero no podemos seguir pidiendo al olmo que no de peras y mucho menos al soñador que nos ofrezca realidades. ¿Qué pueden opinar y mucho menos proponer en política los jóvenes militares, si en su formación les negaron el pensamiento y la experiencia de los mejores mandos, para subyugarlos y lavarles el cerebro, que bien lo hicieron, al extremo de que verdaderamente creen que era un mesías y que cambió la patria.
En nuestra época, ejercimos vigilancia extrema en la Zona en Reclamación. Hay que recordar a Anacoco y a las tropas guyanesas. También el lamentable suceso de Rupununi y el miedo político. Esa historia está escrita, pero nosotros comprendimos que ¡El Esequibo es nuestro!